En enero de 2020, Operación Triunfo arrancaba su undécima estampación, la tercera consecutiva en Televisión Española posteriormente del éxito que supuso la celebrada en 2017/2018 y 2018/2019. El hecho de que comenzase cuatro meses más tarde de lo habitual, en enero en ocasión de hacerlo en septiembre, provocó -quién iba a saberlo- que el mejora natural del software se topase de frente con la pandemia de coronavirus, que estalló en marzo de aquel fatídico año.
Entre los concursantes descataron nombres como los de Hugo Cobo (23 primaveras) o Anaju (29), pero por encima de todos ellos brilló el de Nia Correia (29), flamante ganadora. Su fuerza y su zarpa en el marco lograron enamorar al conocido que la elevó hasta la conquista de la estampación más anómala de la historia, correcto a que incluso tuvieron que irse a sus casas durante un tiempo a causa de la Covid-19 que asolaba el mundo.
Casi cuatro primaveras han pasado desde entonces, tiempo en el que Nia Correia no sólo ha cantado y bailado, en conciertos y en otros formatos como Tu cara me suena, sino que además ha actuado en la serie Érase una vez… pero ya no, de Netflix, adjunto a actores de la talla de Asier Etxeandia (48) y Rossy de Palma (59), entre otros.
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Incluso ha presentado las Campanadas en TVE desde su tierra oriundo, las islas Canarias, pero lo más importante llega ahora: estrena PaloSanto, su primer gran cuaderno de estudio. Con motivo de su nuevo disco y su single, Brujería, en colaboración con Antonio Carmona (58) EL ESPAÑOL se cita con la intérprete canaria y con ella palabra sobre música, aprecio y televisión.
Nia, ¿a qué suena esa Brujería y qué tal la experiencia de trabajar con Antonio Carmona?
Estoy supercontenta. Con Antonio he hecho amistad, él es maravilloso, es una persona encantadora, me ha tratado con muchísimo cariño. He aprendido mucho de él, y con Brujería lo que he intentado es unir su mundo y el mío, y tener su esencia en mi disco.
Este viernes, 6 de octubre, llega PaloSanto. ¿Es el disco que soñaba? ¿Le desatiendo poco, le sobra poco?
Yo creo que a este disco ni le desatiendo cero ni le sobra cero. Es mi esencia cien por cien. Estoy superorgullosa del trabajo que se ha hecho. No sólo del mío, sino del de todo el equipo que hay detrás. Tengo muchas ganas de que salga y de que por fin la multitud vea lo que soy.
¿A qué le canta usted en este cuaderno? ¿Al aprecio? ¿Al empoderamiento mujeril? ¿Hay algún seña al colectivo LGTBI, que la adora?
Verdaderamente todo el mundo se puede percibir identificado con mis canciones. Todos nos montamos nuestra película cuando escuchamos canciones. Aquí hay un proceso de crecimiento, del que hablo en Mucho con demasiao. Le canto a mis palosantos, que es mi entorno, la multitud a la que quiero, la que me sana, que es mi hogar. Le canto al aprecio, a la amistad, a mi grupo. Hay mucha presencia de mi grupo en el disco. Todos interludios son familiares míos: mi mama, mis ahijados, mis abuelos.
Nia Correia y Antonio Carmona estrenan ‘Brujería’, su primera colaboración.
Qué atún eso que dice, lo de cantar a los amigos. ¿Por qué no cantamos a los amigos?
En este caso, sí. Como quiero departir de todo lo que soy yo, es importantísimo para mí mencionar a mis amigos. Mi mejor amiga es la persona que siempre está ahí. Si me pasa cualquier movida, la llamo y me hace relativizar todo. Hace que le finta importancia a lo que de verdad no la tiene. Ella tenía que estar presente.
Brujería, PaloSanto, todo suena muy esotérico. ¿Es usted supersticiosa?
Yo no era cero supersticiosa, pero desde que gané de Operación Triunfo me han pasado cosas que he asociado a la buena y la mala suerte. Incluso he ido atrayendo mucho cosas que me han ido pasando. Hay una canción que se candela 7 Nudos. Mi mama me regaló una de esas pulseras rojas de los siete nudos. A ella le duró dos o tres primaveras y a mí se me cayó a los tres o cuatro días.
Quiere sostener que si se cae pronto es que usted tiene una especie de mal de ojo o de envidias más o menos y la pulsera, al caerse de la muñeca, se los lleva consigo, ¿no?
Sí, la mala vibra. Este mundo es así y de repente… se me cayó la pulsera (risas).
¿Es asidua a que le tiren las cartas?
Sólo me las han acostado una vez, fue hace poco, en un evento. Sin yo decirle cero, la chica me acertó un montón de cosas. Me dijo que iba a tener un gran cambio. Me dio hasta un poco de miedo. Me dijo muchas cosas.
¿Algún ritual que tenga ayer de salir al marco?
No tengo rituales, pero sí que es cierto que no me gusta que me hablen ayer de salir al marco. Si me hablan me pongo más nerviosa de lo que estoy. Me desconcentran. No me gusta eso, pero rituales y tal… no sigo.
En el interior de todo este universo de enigma, ¿a qué le tiene miedo?
A lo que más miedo le tengo es a quedarme sin la multitud que me sigue o la multitud que me quiere y que me dice las cosas por mi acertadamente y no por interés.
Nia Correia en la portada de su nuevo disco, ‘PaloSanto’.
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¿Se pueden hacer muchas cosas cuando uno apetencia 100.000 euros en un concurso de televisión? ¿Qué hizo usted con ese moneda de OT?
Uy, por Altísimo. A memorizar dónde está ya ese moneda (risas). Verdaderamente no son 100.000 euros porque Hacienda te quita el 60 por ciento. Yo invertí en una casa llano, que me ha transmitido muchísimos dolores de vanguardia y está ahí medio parada. He invertido en mí, he descubierto un restaurante, que el 2 de diciembre cumple un año, me acabo de comprar una casa… Y ahí estoy, empresaria.
Siempre ha sido muy discreta con su vida sentimental. En OT entró con novio, pero luego he sabio que no se define cien por cien como heterosexual. ¿Está enamorada ahora?
¡Estoy enamoradísima!
¿Podemos memorizar quién es?
Mmm… no (risas). No tiene cero que ver con el mundo del faranduleo ni es insigne. Es un pequeño y estamos muy acertadamente.
El próximo mes de noviembre empieza la nueva estampación de OT, digamos que usted todavía ostenta la corona al ser la última ganadora. ¿Siente orgullo si la llaman triunfita?
Sí, claro. Siempre lo he dicho. Gracias a OT estoy donde estoy. Si no fuera por OT, seguramente estaría haciendo lo que estaba haciendo ayer. Me da nostalgia, me da pena. Es como mío y ahora ya no es mío.
¿Le gustaría que la llamasen para hacer poco en la sociedad, más allá de presentar el single y el cuaderno?
Claro que sí. Me gustaría ir y contarles mi experiencia y contarles la verdad de todo lo que viene posteriormente porque, claro, cuando entras ahí te piensas que posteriormente todo es un camino de color de rosa.
¿Y cuál es la efectividad?
Mucho trabajo. Tienes que ser inteligente y rodearte de un buen equipo, intentar ver las señales cuando se te presentan, intentar todas las oportunidades aunque te digan “cansino”. Da igual, tienes que estar ahí, en televisión, porque si no, la multitud te olvida. La música va muy rápido.
Nia Correia en una de sus actuaciones de ‘OT’.
¿Le daría algún consejo en la relación con la prensa? En la estampación de 2017/2018, tanto Amaia como Alfred, Aitana o Ana Lucha mantuvieron tensos encuentros con los medios.
Yo no soy quién para dar consejos, pero hay que tratar a la multitud como te gustaría que te tratasen a ti. Gracias al trabajo de los periodistas es cómo nosotros y nuestro trabajo llega al mundo. Es la voz para impresionar a todos. Hay que ser respetuosos.
Operación Triunfo, Tu cara me suena, serie en Netflix, Campanadas… Lleva menos de cuatro primaveras en la vida pública y ya ha tocado todos los palos. ¿Cuál le llena más?
Todo lo que tenga que ver con la música. Lo de la serie fue superguay. Aprendí muchísimo, jugué mucho. Era muy liviana trabajar con mi director, la forma en la que nos dirigía, había muy buen rollo, un gran equipo. Trabajé con Asier Etxeandia, que es con quien más tiempo pasé y él es lo mayor.
¿Le apetece hacer paseo?
Tengo muchísimas ganas de presentar el disco en directo y que la multitud lo disfrute, y tocar con mis músicos y pasarlo acertadamente.
Ha colaborado con Antonio Carmona, con Blas Cantó, con Edurne… Si pudiera soñar aún más a lo ilustre, ¿con quién le gustaría componer o cantar un tema?
Mi top one es Marc Anthony, voy a full con él. Con Nathy Peluso nos podemos pegar un pedazo de salsón juntas. Tiro para el otro banda del charco porque es con la multitud con la que más me siento identificada en tema música. Con Guaynaa, con Camilo, Christian Nodal…
¿Por qué le da furor que en algún momento le hayan dicho “la Beyoncé española”?
Furia, no. Es que la multitud siempre se ha hecho a la idea de que lo que yo tengo que hacer es eso, su estilo, su música. Y yo soy más latina y menos pop. Soy más clásica, es verdad.
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