La historia oficiosa del romance de la temporada, la sabida hasta ahora, sonaba de película: a Travis Kelce le gustaba Taylor Swift y cuando el pasado mes de julio ella acudió a cantar al estadio de Arrowhead, en el que él juega con los Kansas City Chiefs, quiso entregarle una de las pulseras que los seguidores de la cantante hacen para sus conciertos. El brazalete, en vez del título de una canción, tenía su número de teléfono. Pero fracasó en el intento: ella es muy reservada tras sus shows y él se quedó compuesto y sin darle la pulserita. Sin bloqueo, la historia llegó a oídos de Swift, a la que le hizo salero la particularidad, y decidió continuar con el componente de fútbol gringo. Ahora, unos cuatro meses a posteriori, se han convertido en la pareja de la temporada. Y incluso ahora se ha sabido que la historia no fue exactamente así.
Porque Travis Kelce, de 34 primaveras, ha concedido una larga entrevista en el The Wall Street Journal —ocupa la portada de su revista de diciembre/enero, que saldrá a la liquidación el próximo 9 de diciembre—, en la que palabra abiertamente de la cantante, de su relación, de cómo se conocieron y de cómo están en este momento. Escrita por J. R. Moehringer, autor de las memorias del tenista Andre Agassi y, más recientemente, de las de Enrique de Inglaterra, Kelce se abre con sinceridad sobre su mediático romance. Mientras que Swift y su entorno son extremadamente herméticos con su vida privada —no concede entrevistas desde hace primaveras—, Kelce ha aplicado este momento de popularidad para sentarse en presencia de las cámaras y charlar con tranquilidad, y con la misma ciudadanía con que lo hace frente a los micrófonos de su podcast semanal, New Heights, que tiene con su hermano, el incluso componente de fútbol gringo Jason Kelce. Una larga charla en la que afirma que él es un hombre achicopalado, de pocas palabras. “Pero estar conexo a ella, ver lo inteligente que es Taylor, es poco que hace que te explote la capital. Aprendo cada día”, afirma.
“Definitivamente había algunos de sus conocidos que sabían quién era yo. Determinado de su banda le preguntó, ‘Oye, ¿sabías que él iba a venir?’. Tuve a cualquiera que me hizo de Cupido”, reconoce el deportista a la publicación acerca de cómo fue aquella primera toma de contacto en el mes de julio. Incluso la grupo de la comediante, de 33 primaveras, le echó una mano para poder obtener a dar con ella. “Creo que [Swift] me va a odiar por afirmar esto… pero cuando llegó a Arrowhead le dieron el vestuario extenso como camerino, y sus primos pequeños se hicieron fotos enfrente de mi taquilla”, reconoce Kelce. Todo eso se lo contó la propia cantante a posteriori, porque ya fue ella quien contactó con el componente directamente. De hecho, un día él se encontró con que la comediante le había enviado un mensaje de texto. Y todo había sido gracias a ese “Cupido”, como él fogosidad a esa persona, una mujer: “Ella me contó exactamente cómo había pasado todo y me dijo que había tenido suerte de obtener a contactar [con Swift]”.
Cuando la cantante de Pensilvania se dejó ver en un partido de Kelce, el 24 de septiembre, algunos pensaron que aquel era su primer cita. Pero no. La pareja se conoció en persona en Nueva York a posteriori de arrostrar “un tiempo hablando”, cuenta él. “Supe que podríamos tener una cena agradable y una conversación, y lo que surgiera de ahí, delante”. Cuenta que acudió tranquilo a la cita, pero que su entorno estaba más nervioso: “Todos a mi aproximadamente me decían: ‘¡No la cagues!’. Y yo les decía: ‘Sí, sí, ya lo pillo”. La relación iba avanzando despacio y él, reconoce, quería ser discreto, no afirmar ni hacer cero “que alejara a Taylor”.
Al final, Kelce acabó contándole lo que sentía y lo que le estaba pasando a su hermano y a su hermana, Donna, explicándoles que “nunca” había saliente “con cualquiera que tuviera ese tipo de aura”. La hermana del componente ha evidente a la revista que su hijo está “más atinado” de lo que ella lo había gastado en mucho tiempo. Kelce salió entre 2016 a 2020, y desde ese año de forma intermitente hasta 2022, con la maniquí Kayla Nicole. Por su parte, la pasada primavera Swift terminó una relación de más de seis primaveras con el actor britano Joe Alwyn, con quien mantuvo un perfil muy bajo, con escasas apariciones públicas.
“Nunca había lidiado con poco así. Pero a la vez, no huyo de ello”, confiesa Kelce sobre cómo está siendo este comienzo de su relación con la comediante, ahora mismo una de las más importantes del mundo, sumergida en una tournée de año y medio de duración y más de 100 conciertos que la están llevando por todo el planeta y que la ha convertido en multimillonaria. “El exploración al que está sometida, cómo tiene una lupa sobre ella, cada día, con paparazis fuera en la puerta de su casa y de cada restaurante al que va, incluso a posteriori de cada planeo que toma, y simplemente está viviendo, disfrutando de la vida. Si ella actúa así, no seré yo quien actúe de forma extraña”. Tras ese primer partido, hubo un par más, y finalmente se dejaron ver de la mano en Nueva York, confirmando la relación. A mediados de noviembre él acudió a un concierto de ella en Buenos Aires y se besaron al final del mismo, en otra muestra de que ahora Swift ha decidido no ser tan hermética con su vida.
Para Kelce incluso resulta importante que la cantante comparta con él una forma similar de ver a la grupo, que es muy importante para los dos, y incluso una similar ética del trabajo. “Todo el mundo sabe que soy un tipo deudo. Para ella, su equipo es su grupo. Y su grupo hace muchas cosas en todo lo que tiene que ver con su tournée, el marketing, estar cerca, así que creo que tiene muchísimos títulos, es totalmente mi rollo”.