Sospechas y escándalos en medio de un sistema en descomposición

La pobreza ascendió al 40,1% de la población activa. El dólar perforó el techo de los $800. El deuda fiscal se disparó por las medidas para compensar la devaluación y presiona sobre la inflación. La Reunión porteño se esconde al revelarse un escándalo de corrupción insufrible. El Senado queda a disposición de la vicepresidenta para desafiar a la Corte Suprema al avalar a una jueza jubilada. La vistoso desconexión de los temas que dominaron la memorándum de los últimos días en existencia revela la descomposición acelerada que enfrenta el país a medida que se acerca la definición electoral. Es como una cápsula espacial averiada que atraviesa la ámbito para regresar al planeta, que viene echando chispas por la fricción y que se prepara para un aterrizaje traumático. A medida que se acerca al punto de impacto, más desgaste sufre.

Solo se precisa tomar poco de distancia para reparar en que hay tres procesos en paralelo que han llegado a un punto terminal, que denotan un sistema de poder desarmado. En primer extensión, una crematística totalmente descosida. El aventura de una crisis mayúscula, en medio de una transición del poder turbulenta cada vez parece más verosímil. Este clima de incertidumbre emergió con honradez en una serie de encuentros empresariales de las últimas semanas, donde quedó claro que el establishment está desconcertado. Aprendieron a entenderse con Sergio Massa, pero admiten que sus resultados en la encargo son muy negativos y que sus medidas no son sostenibles; desconfían del rupturismo de Javier Milei y dudan de las chances electorales de Patricia Bullrich. La elaboración de ciertos productos viene frenándose peligrosamente, la importación de insumos básicos se angostó mucho y se profundizó la demanda de dólares como medida preventiva para la colisión que muchos esperan. La meta del 10 de diciembre se le hace cada vez más lejana al Gobierno.

Insaurralde y su nueva pareja en un yate por Marbella

Consecuencia de esta desviación económica emerge la transformación social del país, evidenciada en la fresco estadística del Indec. La pobreza estructural que a lo dilatado de más de vigésimo abriles osciló entre el 30 y el 40% cambió la fisonomía de la Argentina para transformarla en una población con peor calidad de vida, menos productiva y sin referencias con la más mínima rudimentos de Estado. Solo hay que revisar algunos resultados de un estudio realizado en villas del conurbano porteño por el CIAS, que conduce el sacerdote Rodrigo Zarazaga, para entender de qué modo vastos sectores sociales verbalizan su total desapego con cualquier identificación política, religiosa o sectorial. La mayoría de los jóvenes no tienen vinculación institucional alguna con el Estado. El sentimiento predominante que describen es de soledad absoluta. La misma escuela es para ellos un extensión hueco. Se sienten en un agujero sable al punto de que hasta su identificación con el país es débil. Daniel Hernández, investigador del CIAS, revela en los focus groups con madres, el otro banda de la moneda. Ellas temen que sus hijos caigan en la droga antaño de los 14 abriles. “Que me lo atrape la esquinazo”, repiten. Frente a la desliz de vinculación y de pertenencia colectiva, la décimo en grupos delictivos ofrece a los jóvenes una identidad en los barrios populares. Mientras la política deje de Estado presentes y derechos, los jóvenes no tienen experiencia alguna de esas abstracciones, ni encuentran motivos para tener esperanzas de un futuro mejor. Para muchos, la esquinazo es el único camino extenso.

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Y el tercer multiplicador es la arteriosclerosis política, incapaz de reponer con una mínima sensibilidad a las principales demandas sociales. Endogámico y prebendario, el maniobra de los privilegios quedó impúdicamente exhibido en el caso de Julio “Chocolate” Rigau, una síntesis de todo lo que rechaza la sociedad. El episodio del puntero del PJ expuso un mecanismo absolutamente naturalizado donde lo anormal fue la revelación pública. En la Reunión ya se debate cómo surgió la denuncia contra Rigau. Descubrir al traidor que puso en aventura un mecanismo de distribución de parné aceitado parece más relevante que repeler el delito. En los principales despachos sospechan de la lectura oficial, que señala que a una persona que estaba esperando en la culo del costado le pareció extraño el manejo de tarjetas que Chocolate hacía frente al cajero, y que por eso avisó a un retén urbano que llamó a la policía. “Si en el video de la cámara de seguridad no se ve ninguna culo”, argumentan. En existencia sospechan de una revancha de la interna peronista, heridos de un cerradura de listas tumultuoso. Otros apuntan a la disputa platense entre el intendente Julio Garro y su rival peronista Julio Alak, salpicado por el episodio.

El video en el costado durante las extracciones que realizó RigauCaptura de Video

Las sospechas se acentuaron este sábado cuando se conocieron las fotos del renunciado Martín Insaurralde (uno de los impactados por el Chocogate) en un yate de fasto con una maniquí. Resulta difícil pensar que el experimentado ahora exjefe de Gobierno, epicentro de un sistema financiero en torno del cual se mueven todos los intendentes, no haya previsto el impacto que tendrían las imágenes. ¿O le tendieron una emboscada? Es lo que piensan algunos cercanos. Otra vez las suspicacias para oscurecer una existencia. Su caída amenaza con hacer colapsar un turbio sistema financiero que, como el de la Reunión, alimentó a la política por abriles. Todo provecho para Milei y su discurso contra la “casta”.

Sobre este tablas delicado se define el final tramo de la campaña, con tres candidatos en condiciones de ingresar, pero con enormes dificultades internas. Massa logró dar señales de ordenamiento clave, pero por debajo el peronismo exhibe un parada nivel de astillamiento. El foco más crítico es, como muchas veces, la provincia de Buenos Aires, un paraje que ya ni siquiera Cristina Kirchner logra ordenar. Ahí hay una fractura expuesta entre Axel Kicillof y Mayor Kirchner, que volvió a agravarse seriamente con el affaire Insaurralde. En la gobierno solo transmitían furia por fertilizar análogo costo político por un funcionario que aceptaron en el aposento forzados por el diputado. Kicillof se jugaba su futuro en la resolución de este caso: si no lo despedía, quedaba pegado y corría el aventura de perder la dilema; y si lo quería echar, debía pedir autorización a Cristina. Al final consiguió la venia. Su salida es un trauma para Mayor. Incluso para su socio Massa.

Massa , Kicillof y Secco en Ensenada

En esa interna, del banda del autoridad milita activamente Andrés Larroque, un escindido de lo que alguna vez fue la conducción de La Cámpora, que aboga por un regreso a las fuentes, a la militancia de almohadilla. Los intendentes oscilan: están heridos por el cerradura de listas que forzó Mayor, pero siquiera se sienten abrazados por Kicillof. El acto de esta semana en Ensenada fue una exhibición inédita de estas tensiones. El intendente hospedador, Mario Secco, reformador del evento unido con Jorge Ferraresi, Larroque y la propia gobierno, recordó la frase de Cristina y llamó a tomar el muleta de mariscal. A posteriori le hizo un cara a la ya famosa expresión de Kicillof sobre la indigencia de componer melodías renovadas: “Cuando decimos que hay que escribir nuevas canciones, se prostitución de eso”. Todo tuvo un inusual tono de emancipación. Casi de incógnito en la segunda fila, con una gorrita puesta, los escuchaba Mayor, quien hace pocas semanas le había reclamado a su causa maduro décimo en la campaña, y que nunca terminó de digerir que Kicillof se resistiera al pedido de postularse a la presidencia. No son pocos los que dan cuenta de un inédito refrigeramiento del vínculo con su causa, más interesada en gestar una sucesión bajo su tutela que en mantenerse al frente. Si Kicillof conserva el poder en la provincia, no queda claro el extensión que tendría Mayor.

Acto de la CGT en respaldo al candidato de UP Sergio Massa frente al Congreso luego de la modificación del impuesto a las ganancias. Hernan Zenteno – La Nacion

El otro frente de tensión oculto en el peronismo se está produciendo en el sector corporativo. La CGT se esforzó en mostrar su algarabía por la reforma de Ganancias, pero lo cierto es que para las bases parece solo un simulacro de distracción frente a la situación de los trabajadores frente a una inflación desbordada. “Ni un cara, ni una protesta, ni una señal dieron cuando la pobreza afecta a los propios asalariados”, se queja un gremialista de abriles que anticipa un válido recambio en la cúpula tras la dilema. En el fondo se prostitución de la enorme paradoja de que en un momento con indicadores de desempleo históricamente bajos, la pobreza impacte de modo tan extenso sobre los trabajadores por intención de la inflación. Si hasta ahora el peronismo no explotó es porque Massa los convence a todos de que hay una oportunidad para ingresar la dilema y difunde sondeos que lo dan escasamente debajo de Milei. La ilusión del poder es la maduro fuente de seducción para el peronismo.

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En el campamento anárquico incluso hay una válido expectativa de triunfo, aunque con maduro fundamento empírico: la conquista en las PASO, seguida de una inercia triunfalista posterior, lo sigue mostrando al frente de la carrera. Pero esto no alcanza para disimular cierta dinámica inorgánica. En el propio entorno de Milei admiten que todavía reina un cierto desorden interno, que se ilusionan con remendar. Por ahora se vislumbran cuatro unidades de acto. La política-electoral es la que encabezan Karina Milei y Carlos Kikuchi, y es la que ganó peso tras el éxito en las primarias. Pero hay un sector distanciado de ellos cuyas figuras son Ramiro Falta y Carolina Píparo, es opinar, los dos principales candidatos distritales del 22 de octubre. Por ahora, los vahos del optimismo ocultan las diferencias.

Eduardo Rodríguez Chirillo, asesor en energía, Nicolás Posse, y Javier MileiRamiro iotti

La segunda pelotón, la política-institucional, la encarna Guillermo Francos. Recién regresado de Estados Unidos, empezó a recorrer el espinel para pedir séquito y fiscalización electoral, pero incluso para tejer algún esquema de gobernabilidad a futuro. Solo se reunió una vez con Milei el domingo, y recibió un aval para su mensaje de diálogo y consenso. Parece una sintonía totalmente distinta al estilo confrontativo del candidato, así que habrá que ver, si les toca conducir, si prevalece el pragmatismo franco o las Fuerzas del Firmamento. Por lo pronto, el eventual ministro del Interior ya mantuvo contactos con el cordobés Martín Llaryora y con el santacruceño Claudio Vidal, dos inorgánicos del peronismo que fueron electos. Incluso hubo mensajes con un dirigente social del ala uruguayo. En esta pelotón se alimenta la idea de una reconstrucción del tablero político en torno de Milei, aprovechando la disgregación que sobrevendría en las dos principales coaliciones. Calculan que de entrada podrían tener el séquito de unos 80 diputados del PJ y de JxC para una memorándum muy reformista.

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De esta memorándum se encarga el tercer sector, liderado por Nicolás Posse, el hombre que probablemente mejor sintonice con el pensamiento de Milei. Su tarea es promover los equipos técnicos que le darán forma a una eventual sucursal. Claro que la tarea incluso fondo los riesgos de avecinar a la política a personajes del mundo civil. Por ejemplo, un médico de reconocida trayectoria en la Hacienda se sorprendió al tomar una proposición para hacerse cargo del dominio de vitalidad, solo por tener de paciente al responsable del sustitución. Un prueba político inédito se está incubando en este proceso.

Entrevista a Guillermo Francos, eventual ministro del Interior de Milei.Santiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

Finalmente, está la pelotón de acto económica, cuyo desorden sería el más preocupante si no fuera porque todos sospechan que el auténtico referente del dominio sería el propio Milei. El trío FMI implosionó: Roque Fernández tomó distancia, Carlos Rodríguez disiente cada vez más con el esquema dolarizador, y Darío Epstein quedó desautorizado tras su fallido paso por Nueva York unido con Juan Nápoli, una expedición que generó autocríticas internas. Emerge ahora empoderado Emilio Ocampo, otro purista del pensamiento de Milei como Posse. Son los que vienen fortaleciéndose. El nombre del posible ministro de Caudal sigue incierto. Solo parece haberse redirigido la búsqueda: hasta hace unas semanas Milei parecía abatirse por un economista de perfil técnico, con quien incluso llegó a conversar, pero ahora estaría inclinado por una figura de maduro masa y agradecimiento.

El líder del espacio articula con cada una de estas unidades en modo radial, en algunos casos con mínimos contactos personales. Solo Karina y Posse parecen tener recaudador el pase de uso frecuente. En La Liberación Avanza la expectativa del poder lubrica las diferencias.

Bullrich y Morales, este mediodía en Jujuy

Incluso la resiliente Bullrich enfrenta el obstáculo de la desarticulación interna, preciso cuando había rematado que Mauricio Macri se alejara de su doble sentido auténtico. A posteriori de la extraña imagen de los cuatro diputados radicales aprobando una reforma de Ganancias que el bando de JxC había pactado no sufragar, esta semana se repitieron las escenas desconcertantes. La primera ocurrió el domingo pasado, cuando los gobernadores radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés aparecieron en una foto con Massa y con colegas del peronismo. Solo una promesa de efectividades conducentes puede explicar en plena campaña ese cara. Y el jueves la bancada de senadores quedó expuesta con la partida de la neuquina Lucila Crexell, una inorgánica que integra el interbloque de JxC. La propia Bullrich la llamó para que anticipara su regreso de Alemania y no consiguió convencerla.

Parece un pago de lo que viene: una extrema fragmentación de la política, sin liderazgos nítidos en las principales fuerzas, donde los monotributistas del poder están destinados a tener una incidencia decisiva. Otra imagen de la descomposición acelerada de esa cápsula espacial que cada vez parece más cerca de colisionar.

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By devteam