La mancebo se sienta con el bañador mojado. Pone una toalla para no escuchar los gritos incesantes de la religiosa. El sofá raído de doble plaza y color blanco acumula, una tras otra, manchas de humedad de otros veranos. Mucha historia veraniego superpuesta en ese trozo de tela usada. Grandes siestas, eso además. En el calendario marca 31 de agosto de 1997. Y acaba de morir Lady Di. Todos los canales hablan de lo mismo. Muere en el acto en un desnivel de coche con solo 36 abriles. Igualmente su pareja Dodi Al Fayed, y el conductor. Y, pese al dolor, arranca el show del corazón. Solo un referencia: más de 32 millones de personas siguieron el funeral por televisión. La adolescente fue una de ellas. Y aunque es el peor ejemplo, una crimen, ahí empieza un placer de verano que llega para quedarse y acaba extendiéndose al resto del año: el consumo de prensa rosa.
Aquella adolescente ha tenido siempre presentes las parte del corazón. En su casa leían pocos libros, mucha prensa y, sobre todo, el ¡Hola!. No podía injuriar la revista más aristocrático del corazón todo el mes de julio y agosto. Si era menester dos publicaciones, entonces además Leccións. De hecho, Lecturas acaba ganándose su punto y en seguida son dos las revistas que consume semanalmente. Pero volvamos al verano. Momento maravilloso: la merienda de pan bimbo sin corteza (en esa época la parte cobrizo se cortaba a cuajo con el cuchillo) untado con Nutella (de tribu siempre contraria a la Nocilla) o con pierna dulce y la revista. En la ceremonia de ojeada, se pasan rápidamente las primeras páginas en las que aparece concurrencia, siempre desconocida, pero con casas majestuosas, normalmente aceptablemente decoradas, y vestidos coloridos. Y, siempre, con muchos hijos.
Arena, toalla y revista son una consagración. Y si hay hamaca, mejor. Como los posados de Ana Obregón. El primero se remonta a 1985 y lució un bañador sereno de Mickey Mouse en la revista Diez Minutos. Y a partir de ahí bañador, triquini, lentejuelas, florecitas… hasta este año, en el que en el posado aparece su nieta, Ana Sandra. En la revista, Obregón despeja la principal asunto: ¿quién se ocupará de esa pupila cuando ella ya no esté? Cuenta que Celia Vega-Penichet, hija de su hermana Celia García Obregón, de 31 abriles, asumirá la tutela.
Y pasan los días de agosto con esas tardes en Ibiza, esos yates, esas paellas de bogavante sobre el papel cuché… y esas escenas en Marivent para ver qué tal respira el humor de la Grupo Efectivo. Si la adolescente tiene que nominar un personaje que le haya generado una curiosidad tremenda es la mujer del príncipe Alberto de Mónaco, la nadadora olímpica sudafricana Charlene Wittstock, que tuvo que alejarse de sus hijos y de palacio durante meses: “A posteriori de cuatro meses, sigue retenida en Sudáfrica por razones médicas. La mujer del príncipe Alberto nunca pareció muy cómoda bajo su corona, pero, ahora, la bonanza de la Princesa está cuestionada”, contaba ¡Hola! entonces.
“La historia de los dioses en la decadencia ya era cotilleo puro”, explica la periodista y experta en la materia Pilar Eyre. “La curiosidad del ser humano sobre las vidas ajenas es impresionante. Estoy harta de ir a sitios, bodas, cenas, fiestas, y que grandes intelectuales y personas de mucha prestigio me pregunten cómo es Confusión Esteban. Eso posteriormente de haberte soltado un discurso de que no entienden la fascinación del personaje, de “qué país de incultos tenemos”. Si tuviera que nominar la mejor historia de prensa rosa de verano, Eyre lo tiene claro: “Siempre la última. Que viene a demostrar lo que yo creo que es la gran injusticia de la humanidad. Que, digamos lo que digamos, ser estupendo, esa cosa tan aleatoria y tan sin mérito, es una superioridad para ir por la vida. Si el pequeño Sancho no fuera estupendo, me gustaría ver la dureza con la que se le trataría. Si el estupendo fuera el médico, seguro que el tono de los comentarios sería otro”. El cocinero Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, confesó el 6 de agosto sobrevenir asesinado y desmembrado a Edwin Arrieta porque aseguraba que este lo tenía “en una pajarera de cristal” y lo acosaba para que fuera su pareja. Está en una calabozo tailandesa a la prórroga de proceso.
EFE
La adolescente dejó de serlo hace tiempo. Entró a trabajar en una redacción que cada semana pagaba la suscripción por las revistas del corazón. ¡Qué mejor punto para estar! Sin bloqueo, esa bonita tradición se cortó de cuajo con los primeros recortaduras. Ahora la nueva adolescente de la casa pide el ¡Hola! por WhatsApp desde su campamento de verano. Concretamente, lo hizo con el número que lleva más de 50 páginas de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. La revista denunció el veterano pirateo de su historia porque el PDF circuló por todos los teléfonos la misma semana del enlace. Pero Tamara no perdió el buen humor y eso que había prohibido los móviles a sus invitados. La novia del verano declaró hace unos días, tras su regreso de retrato de miel de un mes en Sudáfrica: “Ahora, asueto”.
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