No quiero verla ni en pintura

El pasado lunes 23 de octubre de 2023, la apacible y discreta vida de los hijos de Leoncio González de Gregorio y Martí, marido, a su vez, de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, duquesa de Medina Sidonia, se vio zarandeada en presencia de una sentencia del Tribunal Supremo. La Razón acreditaba a Rosario Bermudo (70 abriles) como hija primogénita del marido de la bautizada como duquesa roja. 

Tras abriles de lucha en los tribunales, que provocó, inclusive, la dolorosa rememoración del muerto de Leoncio González de Gregorio y Martí, Bermudo ha conseguido ser reconocida como hija y, por consiguiente, tendrá derecho a transigir el ilustre patronímico paterno y alcanzar a su herencia. Rosario se convierte, así, en hermana paterna de Leoncio, Pilar, Gabriel y Javier, éste postrer nacido de la historia de bienquerencia que protagonizó Leoncio con su mamá, Marta de Molina von Stranz. 

No junto a duda de que esta sentencia ha sido recibida por parte de Rosario Bermudo con gran bienaventuranza y algarabía. Una triunfo que, no obstante, contrasta sobremanera con el dolor y la indignación de sus hermanos por parte de padre. Todos, unánimente, transpiran furia, enojo e irritación, al mismo tiempo que aceptan estoicamente la resolución de la Razón.

[Rosario Bermudo es hija del marido de la ‘duquesa roja’ y podrá llevar su apellido y acceder a su gran fortuna]

No dudan de las incontestables pruebas biológicas, pero sí sostienen que en el proceso, holgado y mordaz, se han cometido faltas al honor y a la verdad. EL ESPAÑOL ha charlado con Javier González de Gregorio y Molina, vástago de Leoncio que fue agradecido como tal en 1995. Javier deje, a más de en su nombre, en el de su hermana Pilar, y apunta que el proceso reglamentario que emprendió Rosario Bermudo es “moralmente inadmisible. Yo no tengo ninguna ganas de conocerla”. 

Defiende Javier que Bermudo sólo se ha movido por cuestiones económicas y, en ese supuesto ciego afán, pasó por suspensión hasta el sino con el que su padre siempre vivió: solucionar las cosas en clan, discretamente, de puertas para adentro, sin salir en los medios de comunicación. Este postrer extremo, sumado a otras supuestas mentiras y medias verdades por parte de Rosario, ha hecho prorrumpir a Javier y a sus hermanos. Esta es la otra lectura de la historia. 

Javier, usted nunca ha hablado y su vida nadie tiene que ver con lo sabido. Está indignado y con dolor. ¿Por qué?

La mayoría de lo que cuenta Rosario y su abogado, exceptuado que es hija de mi padre, no es verdad. Agradezco tener esta charla, no sólo por la dignidad y el nombre de mi padre, de mi propia hermana, que la están atacando de forma infame. Todavía de mí y de mis hijas, porque esto queda en periódicos, y si algún día googlean y se informan… Voy a contar una por una las mentiras que han hecho y lo voy a demostrar con documentos. Nos hemos mordido la jerga durante muchos abriles. 

Se ha asegurado que los hijos se negaron a someterse a las pruebas de ADN y que por este motivo se exhumó a su padre… 

Eso no es verdad. Uno de los motivos por los que yo recurrí fue porque cuando el mediador solicita la prueba sólo se la solicita a mis hermanos Leoncio, Pilar y Gabriel. Cómo voy a ir yo a concurrir a ningún sitio si el mediador a mí no me cita. A mí no me incluye. Fue uno de los motivos por los que recurrí, porque la petición estaba mal hecha.

Es más, yo presento un escrito donde no sólo me ofrezco yo a la prueba de ADN, sino que mi mamá asimismo se ofreció voluntaria. Mi mamá y yo nos ofrecimos voluntariamente. ¿Cómo pueden afirmar que me negué, si el audiencia no me llamó? Me ofrecí para evitar la rememoración de su padre. Mi hermana Pilar asimismo se ofreció. 

Es afirmar, hubo por su parte una disposición. 

La otra parte dice que no porque había una irregularidad. El que no se aceptasen nuestras pruebas significa que si vamos a la rememoración, y ellos siguen el argumento de que no hemos querido presentarnos a las pruebas, nos condenan a nosotros a costas. Es el interés de la otra parte. Es táctica absoluta. Nuestro ofrecimiento hubiera dependido de que Rosario lo aceptase, y ella se negó. 

Trataron ustedes de evitar la rememoración. 

Lo tratamos de evitar. No sólo Pilar y yo: mi propia mamá, que es la persona más discreta. Todavía ella quiso evitarlo, y fue rechazado.

¿Qué otras cosas indignan a los hijos de Leoncio?

Pues que cuando sacó este tema Rosario y contactó con su abogado, mi hermano Gabriel, antaño de que todo saliera a la prensa, nos convocó a una reunión. Yo mandé a mi abogado. Les pedí que primero, por respeto a mi padre, que era una persona que huía de la prensa, el tema se resolviese en clan. Yo le ofrecí a Rosario, donado que ella no tenía ninguna prueba, que me facilitasen una prueba y que nos sometíamos a una prueba de ADN en un sitio agradecido.

Todo, de carácter privado antaño de que saliese poco. A través de mi abogado, Fernando Pelado, sólo pedí que no saliese en la prensa, por respeto a nuestras familias, incluida asimismo la de Rosario. Qué sorpresa fue la mía que se negaron. La contestación del abogado fue que se podía manipular la prueba. A los cuatro días, se publicó en prensa. 

¿Y qué se dijo?

Hablando pestes de mi clan, con el ficticio titular de ‘el señorito y la criada’. Semanas luego, encima, descubro que un detective le ha robado a mi hermano Leoncio una botella para obtener esas mismas pruebas que se negaron a darme a mí. 

¿Han dilatado ustedes, adrede, el proceso?

Nosotros no hemos dilatado el proceso. Te voy a afirmar: la dilación del proceso se debe a la desconfianza. Cuando yo veo eso, no quiero ver a Rosario Bermudo ni a su abogado en pintura. A día de hoy, Rosario Bermudo nunca ha demostrado que su mamá fue empleada de nuestra clan. 

¿Rosario lo ha llamado?

Quia se puso en contacto Rosario Bermudo conmigo en 26 abriles. Ni conmigo, ni con Pilar, ni con Leoncio. Con Gabriel sí que tuvo algún tipo de relación y con mi padre, al menos según lo que dijo ella en sede jurídico, estuvo en contacto con el abogado de mi padre. Otra cosa que no entiendo: si estuvo en contacto con mi padre, ¿no presentó ninguna demanda? ¿No hace sospechar que no la pusiera? Son cosas que nunca sabremos: mi padre está fallecido desde 2008 y no se puede defender. Todavía ese es uno de los motivos de mi indignación.

¿Qué otras razones lo sublevan?

Otra de sus mentiras es la excusa que puso -Rosario- para presentar esta demanda de paternidad tantos abriles luego. Conforme a la estatuto española, podría favor presentado su demanda en 1983. Hasta el 2008, que estaba mi padre vivo, dime si no ha tenido abriles para requerir. Al supuesto responsable, porque mis hermanos y yo no somos responsables. Ella dijo que lo hizo por respeto a su padre reglamentario y hasta que no murió no lo quiso hacer. Su padre reglamentario murió en 1981: otra mentira más.

Usted asimismo fue agradecido en 1995. 

Por eso sentí empatía al principio. Se nos acusa de que hemos dilatado nuestros procesos. Fue el propio mediador el que tuvo que anular las actuaciones y retrotraerse en el procedimiento, en 2014, porque en la demanda Rosario Bermudo no había metido a su mamá. ¿Somos culpables nosotros de la dilación cuando la demanda estaba mal planteada? ¿Y cuando uno de los hermanos de Rosario siquiera se personó en la demanda? Estos procesos, encima, implican la impugnación de la paternidad. 

Explique esto perfectamente. 

Rosario tenía una paternidad reconocida y, como es deductivo, antaño de demandar a un tercero tienes que impugnar la paternidad reglamentario que tienes. Ella, cuando se hace los estudio de ADN con sus hermanos, pone en el crónica “es ficticio determinar que Rosario Bermudo no sea hija de su padre reglamentario”. Por esto nosotros nos opusimos y recurrimos. ¿Cómo van a desenterrar el muerto de nuestro padre si esa prueba dice eso? 

Porque ustedes no dudan de que Rosario es su hermana.

Lógicamente, es hija de nuestro padre. Pero desde el minuto uno se han hecho las cosas mal. Nos hemos tenido que defender. Yo por lo que nunca he tragado es que esto pasara por la prensa. Por respeto a todas las partes. Moralmente es inadmisible lo que nos ha hecho advenir. Yo no tengo ninguna ganas de conocerla. 

Según usted, ¿qué motivos habría detrás de todo esto?

No hablamos de empatía, hablamos de parné puro y duro. Tres millones. Mi padre dejó como heredera universal a mi hermana Pilar, lo que implica que el resto de sus tres hijos heredamos la legítima. Sí que es cierto que mis hermanos Gabriel y Leoncio tuvieron unos legados. Nosotros no hemos heredado tres millones, yo desde luego que no.

¿Cómo va a negociar mi hemana si lo que le piden es la anulación del testamento? Repartir la herencia de mi padre en quintos. Eso es pisotear la memoria de mi padre. Tenía claro que la herencia era mi hermana y yo la voy a defender con uñas y dientes. Primero por respetar la memoria de mi padre. Luego por mi hermana, a la que estoy súper unido. Es una persona ejemplar y que admiro. 

¿Se ha puesto Rosario, o su abogado, en contacto con usted? 

A mí no me han llamado para intentar asistir a un acuerdo. No es una cuestión decente y ética de pertenecer a una clan: es sólo económica. 

“Mis hermanos fueron a mi bautizo”

Háblenos de usted. De su historia, de su principio. 

Cuando mis padres me tuvieron a mí, mi padre estaba separado canónicamente y mi mamá, en proceso de nulo matrimonial. Libres, en principio, pero vivíamos en la dictadura de Franco y el abarraganamiento era un delito. No existía el divorcio en España. Los dos, oficialmente, estaban casados. Las leyes eran machistas y la que se jugó la calabozo por traerme al mundo fue mi mamá. Mi mamá se enamoró, me trajo al mundo. 

Se acordó que el marido reglamentario de mi mamá me reconociera para evitar que mi mamá entrase en prisión, porque él mismo la podía denunciar. En mi entorno todos sabían quién era mi padre. Mis hermanos estuvieron en mi bautizo. Había una relación de amistad íntimo. Y se mantuvo la apariencia de que yo era hijo de otro padre para evitar el escándalo. Meses luego, mi mamá obtuvo la nulo en Roma. Cuando terminé mi carrera, hablé con mi padre y les dije que no quería seguir llevando un patronímico que no era el mío. 

¿Qué le dijo su padre? 

Mi padre me dijo ‘háblalo con tus hermanos’. Lo habló. Mi hermana Pilar me ayudó cien por cien. Yo tenía que ir a un proceso jurídico para impugnar una paternidad y que se me reconociera la otra. Mi padre me reconoció, no tuvimos ni registro jurídico. Esto lo hice hace muchísimos abriles. Es hacer las cosas perfectamente: con el primero que habló con mi padre y con mi clan. Y en un entorno de discreción categórico. 

Lo que siempre pidió su padre, discreción. 

Yo le dije a mi padre ‘si quieres, renuncio. Yo lo que quiero es aclarar mi identidad‘. Y él me dijo ‘Javier, si tú eres hijo, te corresponde absolutamente todo. No te voy a pedir que renuncies a tu herencia’. Por empatía, le ofrecí ayuda a Rosario y se la pasó por el curva del triunfo. No me siento nadie cercano a esa persona. 

Para terminar, por conocerlo un poco más en la intimidad: ¿cómo conoció usted a su mujer, María Rúspoli? 

Mi mujer y yo estábamos en el mismo entorno de amigos y pandilla. La conoce hace casi 20 abriles. Nos enamoramos y llevamos casados desde 2009. Tenemos dos hijas. Mi mujer es la hija de la duquesa aludido de Plasencia, a su vez la segunda hija de la duquesa de Osuna, que por desgracia murió hace dos abriles y medio. Mi mujer es hija única. Por desgracia, porque es antinatura, es la duquesa coetáneo de Plasencia y marquesa de Villar de Grajanejos.

Vivimos de nuestro trabajo. No se vive de los títulos. Soy director reglamentario de Law en OW Ocean Winds, y titulado en Derecho y Doctor en Derecho. Tengo varios postgrados. Llevo toda mi vida estudiando y trabajando desde hace 27 abriles. 

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