Es rudo y deje poco, lleva una chaqueta de cuero y tiene una observación fría. Esa es la imagen del puerco “sigma”, una especie de arquetipo de lobo solitario que se ha popularizado en la Red en los últimos primaveras y que tiene un referente indiscutible: Ryan Gosling. El en tiempos remotos ídolo adolescente, por más improbable que pareciera, es ahora el rey de los hombres heterosexuales tristes.
Gosling, que de crío se dio a conocer en el software televisivo de Disney The Mickey Mouse Club y que a principios de la división de los 2000 saltó a la éxito mundial con el drama romántico El diario de Noa, es ahora un actor de prestigio en Hollywood. Con el paso de los primaveras, el intérprete canadiense viró de los papeles románticos alrededor de los protagonistas incomprendidos y recluidos que se esconden bajo una coraza de hostilidad, pero que por en el interior son empáticos y solidarios. Esto le ha conseguido una tropel de fanáticos que se sienten identificados con los personajes de películas como Drive, Blade Runner 2049 o incluso el peculiar Ken de Barbie, llevando el encabezamiento “Textualmente yo” como bandera.
El arquetipo del puerco solitario no es cero nuevo en Hollywood —actores del cine clásico como Humphrey Bogart o Gary Cooper lo convirtieron en sus marcas personales—, pero en la era de TikTok el gran referente es Ryan Gosling. Solo se debe escribir “Literally me” (“Textualmente yo”, en inglés) en el buscador de cualquier red social y aparecerán decenas de miles de fotos y vídeos del actor canadiense. En ese mar de contenido, resulta increíble conocer hasta dónde llega la idealización de esta figura y dónde comienzan las bromas y el sarcasmo.
Como la gran mayoría de los fenómenos de internet, el origen de “Textualmente yo” es difícil de rastrear. Sebastian Smith, un estudiante inglés de 20 primaveras, y seguidor de Gosling, cree que el engendro surgió a finales de 2020 y que fue impulsado por la soledad que impuso la pandemia de la covid-19. “Creo que muchas personas de mi vivientes vieron en estos personajes una observación refrescante alrededor de la masculinidad”, explica por videollamada Smith, quien cursa el límite de Negocios en la Universidad de Warwick (Reino Unido) y que escribió para su circular universitario un artículo titulado The Ryan Gosling Phenomenon (El engendro Ryan Gosling). En el texto, Smith no esconde su arrobamiento: “Representa la envidia de los hombres, el deseo de las mujeres y el resignación frente a la adversidad. Ryan genera un atractivo masculino adecuadamente moderado entre lo dañado y lo atractivo y se convirtió en objeto de idolatría”.
Aunque mucho del contenido sobre Gosling en internet es irónico o tiene intenciones humorísticas, incluso hay un flanco más problemático. Un artículo del circular The Daily Star titulado The distressing reality of “literally me” characters (La desalentadora sinceridad de los personajes “Textualmente yo”) argumenta que “la creciente idolatría de estos personajes por parte de los hombres es un problema” y califica a los seguidores de esta tendencia como “hombres que muestran un descontento con la vida, luchan contra sus problemas de sanidad mental y tienen dificultades para encajar”. “El problema surge cuando comienzan a interactuar activamente con personas afines a estas ideas de masculinidad y se convierte en una civilización tóxica”, explica el autor de ese artículo, Azneef Chowdhury, por correo electrónico.
La psicoterapeuta Mónica Fraca, directora del sección de adultos, pareja y clan de Psicólogos Pozuelo, sostiene que, por lo militar, que los hombres busquen perfiles masculinos irreales con los que identificarse y que rindan culto a la masculinidad se relaciona con dificultades para formar una imagen masculina sana y adecuada. La experta asegura por teléfono que los hombres crean ídolos de masculinidad extrema frente a la equivocación de un referente adecuado: “Buscan tener cualquiera en quien reconocerse y emitir conductas, emociones o pensamientos. Son figuras estereotípicas y planas en lo amoroso”.
Sebastian Smith reconoce que en la tendencia “Textualmente yo” hay un aspecto de toxicidad, pero cree que quienes se lo toman en serio son solo una minoría. “La broma es que ves personajes como los de Gosling, que sabes que se están comportando mal, pero bromeas sobre ello y no crees efectivamente en lo que dicen”, apunta el nuevo, con un entusiasmo y facilidad de palabra que contrastan con los personajes tristes que tanto le gustan. Este estudiante de Negocios se define como cualquiera que “aprecia la masculinidad”, pero que sabe que llevada al extremo puede ser dañina. No cree, sin bloqueo, que los personajes de Gosling sean un ejemplo de masculinidad negativa. “Me encantan los roles masculinos complejos y creo que esos personajes son absolutamente necesarios para nuestra civilización y para expresar la condición humana”, asegura.
En cuanto a Gosling, no está claro si sabe o no que ha surgido este culto de seguidores masculinos. Nunca se ha referido a esto en ninguna entrevista y muestra desinterés cuando le preguntan sobre cualquier tendencia de internet relacionada con sus películas. Hace unos meses, en una entrevista con la BBC durante la promoción de Barbie, Margot Robbie comentaba jovialmente los memes de la película, mientras que Gosling solo soltó la frase: “¿Qué es un meme?”. Bromeara o no al asegurar esto, lo cierto es que, para muchos de sus seguidores, la figura del actor se ha vuelto inseparable de los memes. Y la tendencia de “Textualmente yo”, la conozca o no, lleva viva más de tres primaveras y se ha vuelto inseparable de su nombre en la civilización navegante.