Hace casi seis años, a finales de septiembre de 2017, falleció Hugh Hefner en su cama rodeado de conejitas, admiradores y familiares. Hefner fue el hombre que construyó un imperio multimillonario basado en el sexo y en convertir fiestas llenas de desnudos y orgías en parte de la cultura popular. Poco después de su muerte, comenzó el movimiento Me Too, que revolucionaría el feminismo y cambiaría la forma en que se veía a las mujeres en todo el mundo. Hefner se perdió todo esto y su última esposa, Crystal Hefner, admite que se alegra de ello. En una serie de entrevistas, Crystal revela cómo ha vivido estos seis años sin su esposo y adelanta detalles de sus próximas memorias, que se publicarán en enero bajo el título “Only Say Good Things”. Si logra obtener su doctorado en Psicología, dejará el apellido Hefner y regresará a su nombre de soltera: la doctora Crystal Harris.
Crystal Hefner ha pasado mucho tiempo reflexionando y asistiendo a terapia para lidiar con sus sentimientos. En estas entrevistas, habla desde la introspección, reconociendo que hubo momentos felices en su matrimonio con Hefner, pero también muchos aspectos negativos. Admite que si logra su doctorado, dejará atrás el apellido Hefner y buscará una vida independiente. Crystal también ha reflexionado sobre su apariencia y revela que se quitó los implantes mamarios porque eran demasiado grandes y se sentía incómoda. Además, admite que odiaba ser tan rubia y que no le gustaba llevar tacones ni ropa llamativa, a excepción de su disfraz de conejita. También revela que se sentía atrapada en la relación y que Hugh Hefner no le permitía salir de casa.
Crystal Hefner recuerda las noches de orgías en la mansión Playboy con decenas de mujeres y confiesa que eran vergonzosas. Dice que su esposo pensaba que aún tenía cuarenta años y que las fiestas y las mujeres confirmaban esa idea. Los domingos eran especialmente intensos, con orgías que contaban con la participación de más de 200 mujeres. Además, revela que Hefner tomaba tantas pastillas de viagra que quedó sordo de un oído.
Crystal conoció a Hefner cuando ella tenía 21 años y asistió a una fiesta en la mansión Playboy. Aunque nació en Arizona, se mudó a Birmingham, Reino Unido, cuando era niña. Después de entrar en la mansión Playboy, Crystal se mudó allí y abandonó sus estudios de Psicología para centrarse en su relación con Hefner. Crystal fue su tercera y última esposa y se casaron en 2012. Sin embargo, su relación no fue fácil y Crystal admitió que había momentos en los que pensaba que si fuera amor verdadero, no habría otras mujeres en el dormitorio. A pesar de todo, Crystal se dedicó a cuidar de Hefner durante los últimos años de su vida.
Después de la muerte de Hefner, Crystal Hefner consideró que su esposo había cambiado su vida y la había salvado. Sin embargo, ahora admite que si fuera su hija, no permitiría que tuviera una relación con un hombre tan mayor. Crystal ha aprendido mucho en estos años y ha descubierto la importancia de las amistades y de tener relaciones sanas. Aunque reconoce que Hefner hizo mucho bien y ayudó a mucha gente, también reconoce que era un hombre complicado y que hirió a mucha gente sin darse cuenta. Crystal ha seguido adelante con su vida y ha encontrado la independencia y la felicidad lejos de la mansión Playboy.
Crystal Hefner ha mantenido en secreto sus memorias durante cinco años, pero finalmente ha decidido ser honesta consigo misma y compartirlas. Considera que su libro es sobre cómo recuperarse de un entorno tóxico. Aunque reconoce que su matrimonio con Hefner le ha dejado en una posición económica desahogada, también ha experimentado dificultades emocionales. Crystal ha congelado sus óvulos para ser madre en el futuro y ha estado saliendo con diferentes hombres, pero reconoce que le resulta difícil establecer relaciones sentimentales. A pesar de todo, Crystal ha encontrado su propio camino y está decidida a vivir una vida plena y auténtica.