Alejandro Jiménez (40 años), el hijo de la famosa e inolvidable artista María Jiménez, que falleció a los 73 años a causa de un cáncer de pulmón, vivió un fin de semana muy emotivo e intenso. El pasado viernes 22 de septiembre, en el Patio de Banderas de Sevilla, se celebraron los conocidos Premios Escaparate, unos galardones creados por el periodista Mario Niebla que este año cumplían su decimoséptima edición.
A pesar de su dolor y duelo, Alejandro Jiménez asistió a este importante evento por una razón de peso: su madre fue premiada a título póstumo. La ocasión y el lugar eran muy significativos, ya que María siempre tuvo una gran conexión con Sevilla. Además, María nunca faltó a estos premios hasta el año pasado.
Así que Alejandro, acompañado de su tía, Isabel Jiménez, hermana de María y que estuvo a su lado hasta el final, hizo acto de presencia en el evento. Tras la pérdida, el sobrino y la tía se han unido aún más. Demostraron su unión el pasado viernes.
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Alejandro junto a su madre, María Jiménez, en una fotografía de sus redes.
Muy emocionado, conteniendo las lágrimas, Alejandro expresó su agradecimiento. “Ella estará ahora celebrando su fiesta en el cielo“, dijo ante todos los presentes. Según cuentan a EL ESPAÑOL, Alejandro se mantiene “fuerte y entero, con una gran capacidad de adaptación“.
Aunque tiene momentos de debilidad y añora a su madre, Alejandro tiene un objetivo clave y una razón importante para mantenerse firme. No solo su pareja y sus hijos, que son prioritarios, sino que también quiere preservar el legado de su madre y mantener viva su memoria.
En este sentido, está llevando a cabo una labor emocionante y exigente con uno de los proyectos más importantes en la vida de su madre. El libro que escribió María Jiménez en 2002, titulado “Calla, canalla“, que son una especie de memorias, ha experimentado un aumento exponencial en las ventas en las últimas semanas.
Y aquí es donde Alejandro juega un papel crucial. Se encargará de entregar los ejemplares firmados que su madre no pudo completar, y muchos más. Se dice que este trabajo, estampar su sello en los libros, fue una de las cosas que más satisfacción le dio a María en sus últimos años.
“Inesperadamente, mi misión es llevar estos libros a su público, y seguir compartiendo el amor que María también compartía. Llevo más de 20 años haciéndolo en casa. En los últimos cuatro años, creé un sitio web y mi misión es esa: que la historia de María llegue a la gente y que cada vez más personas la conozcan. Ella era una mujer muy transgresora“, explicó Alejandro en uno de los vídeos que ha compartido en el perfil de Instagram de su madre.
-Cabe destacar que en las últimas semanas, Alejandro ha tomado una decisión importante: pausar temporalmente sus redes sociales personales para dedicarse por completo a las de su madre y así mantener viva su figura-.
Alejandro también reveló que María creó hace más de 30 años un sello en forma de sus labios y lo usaba siempre que le pedían un autógrafo.
Sobre el contenido de ese libro revolucionario, audaz y liberador que escribió María Jiménez a principios de la década de 2000, Alejandro reflexionó recientemente: “Esto es una revolución que ella comenzó hace 21 años. Este libro está dedicado a todas las mujeres que desean ser libres“.
Y en su exposición, Alejandro añadió una cita especial: “¿Qué pasó? ¿Por qué pasó? ¡Déjame vivir sin perdón ni rencores! Por más que me llores, ¡nuestro amor ya se acabó!” Es un poema que a mi madre le encantaba, de Manuel Benítez Carrasco. Mi madre era muy fan de él.
María Jiménez junto a su hijo, en una imagen de hace años, en blanco y negro.
Según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, Alejandro Jiménez se encargará de mantener viva la figura de su madre como su sucesor universal. Así lo decidió María Jiménez en vida. La nueva vida de Alejandro estará dedicada a preservar el vasto legado de su legendaria madre.
Alejandro no está solo en este difícil momento: su pareja, Danae, es su principal apoyo en estos momentos, junto con su querida tía Isabel. El hijo de la artista, fruto de la relación de esta con Pepe Sancho, habló con la prensa el mismo día que falleció su madre. Sus palabras emocionaron a todos: “Gracias por estar aquí. Ha sido una gran tristeza, no esperábamos que esto sucediera tan rápido. Ella no sufrió, tuvo una muerte digna. El verano fue maravilloso. Nos divertimos mucho”.
En esa línea, Alejandro pidió al público que “brinde por ella y escuche su música” para comprender la obra de una artista que “alcanzó el nirvana de su profesión, lo más bello, y lo compartió con todos”.
Alejandro también compartió que la artista “no se dio cuenta” de los últimos momentos de su vida. Llegó a Sevilla desde su casa en Chiclana (Cádiz) solo unos días antes. “Ayer estaba bromeando con su hermana cuando fue a hacerse una resonancia magnética”, una visita médica a la que “se resistía”.
María Jiménez en una imagen de sus redes sociales.
“Ninguno de nosotros se dio cuenta, incluyéndome a mí”, dijo Alejandro, agregando que su madre “pasó un verano feliz con sus nietos, que era lo que ella quería”. María falleció. “Empeoró, empeoró… Y eso fue todo. Fue a las 00:47. Parece que estaba esperando a que su hijo llegara. Su hijo llegó, la vio y solo 10 minutos después se fue. Esperó a Alejandro para fallecer”, detalló Isabel, hermana de la artista, hace unos días en el programa Y ahora Sonsoles.
Según Isabel Jiménez, la salud de su hermana comenzó a debilitarse el día en que falleció su hija: “La hundió. Nunca se recuperó de eso. Le tomó más de dos años volver a levantar la cabeza. Se vino a Sevilla conmigo y con el niño. Buscó refugio en Alejandro, que era un niño, y en sus amigos, ya que tenía muchos. Era incapaz de hablar de su hija y me pedía que pusiera flores en su tumba porque ella no podía hacerlo. Mirábamos una foto, pero nunca hablamos de ella”.
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