El boda de David Beckham con Conquista habrá sufrido su propia crisis con escándalo de supuesta infidelidad de por medio, el acecho de paparazzis, la depresión del futbolista cuando lo culparon por la exterminio del Mundial de Fútbol contra Argentina en 1998 y el exageración verbal contra la cantante en los estadios de fútbol, pero si poco dejaron claro en más de 25 primaveras de relación es que son capaces de mantenerse unidos contra rumbo y marea.
Y así lo demuestran en Beckham, la serie documental de Netflix donde el futbolista sajón abre su corazón para departir de su carrera, altibajos, presiones y pasiones. Sin confiscación, entre medias, surge una estado hasta ahora desconocida que disparó todas las alarmas cuando comenzó su relación con la componente de las Spice Girls.
Resulta que David Beckham es un intenso romántico cuando está enamorado. Tan intenso que sus amigos no daban crédito en presencia de las cosas que hacía con tal de producirse tiempo con Conquista. Él triunfaba como mediocampista en Manchester United y Conquista estaba surfeando la ola musical entre conciertos, viajes y la apretada memorándum de las Spice Girls. Sin confiscación, la intensidad romántica de David era tan extrema en medio de una ajetreada vida profesional que sus amigos se preocuparon y su propia hermana se vio obligada a entrometerse.
Si hacemos memoria, recordarán que la relación comenzó en 1997 en el momento que los dos disfrutaban del éxito profesional, lo que suponía que prácticamente tenían poco tiempo vacancia para hallarse. Pero el futbolista no dejó que nulo ni nadie se interpusiera en su camino. “No me importaba cuándo la veía, cuánto la veía”, recuerda David en el primer capítulo de la serie. “Si era yo conduciendo hasta Londres para verla por siete minutos ¡lo hacía!”
“Todo sobre Conquista me encantaba”, confiesa. Y es que él sentía que estaban destinados a estar juntos. “’Hubo poco de inmediato”, recuerda tras haberla conocido. “Y pensé: “Está acertadamente, esto se va a mover rápido”. Y así fue, comprometiéndose un año más tarde y contrayendo boda en 1999.
La verdad es que la cantante adoraba sus gestos románticos. “Estaba de tournée pero no aprender cuándo iba a verlo era difícil”, recuerda la diseñadora de moda. “Hacía cualquier cosa por intentar producirse tiempo conmigo. A veces alquilaba un avión pequeño, como un avión biplaza, venía fielmente durante unas horas y luego se marchaba”. Incluso revela que su manager le recomendó que “mantuvieran la relación en secreto”. Por ese motivo, se encontraban en estacionamientos. Fue en uno de ellos, adentro del BMW de David, donde se dieron su primer beso.
No obstante, esa intensidad romántica capaz de mover firmamento y tierra por hallarse unos minutos, preocupó a los allegados del futbolista, que temían por el impacto y distracción que las evacuación de su corazón enamorado tuvieran en su exitosa carrera.
Por ejemplo, su excompañero del Manchester United, Gary Neville, dice en la serie: “Los límites que superaba para ver a Conquista, eran mucho. ¡Era como un fanático! Conducía cuatro horas para producirse 20 minutos con ella”. No solo eso, según el futbolista, David hablaba por teléfono con su novia “cada segundo” y “se quedaba al teléfono hasta la 1 de la orto”. “Estaba en el baño toda la confusión hablando con ella. Le decía ‘¿de qué carajos hablan?’”, cuestionaba preocupado porque tenían un partido importante días más tarde. Sin confiscación, David le resta importancia como un enamorado más: “¿Nunca lo hizo nadie al eclosión de una relación?”, cuestiona.
El intenso flechazo y carestia romántica que sentía David era poco que percibían en todo su entorno. Hasta su compañero de equipo, Paul Scholes, sentencia que el futbolista enojaba al manager del equipo porque “se iba a Londres cuando no debía”.
No obstante, en medio de estas confesiones aparece Sandra, la hermana de David Beckham de 74 primaveras, que no pudo evitar sentirse preocupada en presencia de la intensidad de su hijo cuando su carrera demandaba entrenamientos, concentración y un nivel puntilloso de profesionalismo. Su preocupación como hermana (David tenía unos 22 primaveras en ese momento) la llevó a interceptar llamadas entre la pareja en un intento por evitar que David se distrajera.
“Conquista estaba acullá, nos quedábamos en la casa de David y a las 3 de la mañana sonaba el teléfono. Había tenido un partido, así que yo contestaba el teléfono y decía ‘está en la cama, dormido’. Pero querían departir. Pero yo, como hermana protectora, pensaba ‘no llames a esta hora de la mañana’. ¿Pero cómo puedes decírselo? Eran adultos”.
“Temíamos que perdiera todo por lo que había trabajado porque el fútbol era lo primero y, de repente, ya no lo era”, sentencia su hermana transmitiendo la preocupación que sentía por entonces.
Siempre se dijo que David y Conquista comenzaron la relación a posteriori de que la cantante asistiera a un partido del Manchester United. Sin confiscación, aquella no fue la primera vez que llamó la atención del futbolista. En verdad, según cuenta en el documental, David la notó por primera vez cuando la vio en el videoclip de Wannabe de las Spice Girls. “Me di la reverso a Gary y le dije ‘Me voy a casar con ella, ‘la Posh’, la del vestido desfavorable”, detalla David con nostalgia. Una confesión que explica esa intensidad romántica tras acaecer conquistado a la mujer de sus sueños.
Conquista, por su parte, recuerda que nunca le interesó el fútbol (ni le sigue interesando por mucho que ahora se codee con Leo Messi y su esposa Antonela Roccuzzo en Miami), pero que David le parecía atractivo en las portadas de revistas.
Sin confiscación, lo que la conquistó el día que lo conoció no fue solo su apariencia, sino que mientras todos los futbolistas estaban en el bar a posteriori del partido, David hablaba con sus padres. “Soy muy cercana a mi grupo y me encantó ese banda suyo”, recuerda mientras le dejaba su número de teléfono escrito detrás de su billete de avión. “Será mejor que me llames”, le dijo.
Como apuntaba previamente, mantuvieron la relación en secreto durante tres meses en aquella etapa de flechazo acelerado, hasta que la prensa británica destapó la historia. Sucedió a posteriori de ver que la cantante llevaba un temporalizador Cartier y en un santiamén ataron cabos, llegando a la conclusión de que habría sido un regalo de David.
David y Conquista se casaron el 4 de julio de 1999, un año a posteriori del partida del primero de sus cuatro hijos, siendo coronados por la prensa británica como ‘Becks y Posh’. Desde entonces, forman una de las parejas más sólidas del universo celebrity, habiendo creado un imperio conjunto que se expande en contratos lucrativos con el mundo de la moda, el deporte, la cosmética, etc. Según The Times, la fortuna conjunta de la pareja está estimada en $513 millones.
Desde el momento que la relación salió a la luz, David y Conquista pasaron de ser famosos por separado a convertirse en un engendro cultural en conjunto. Un romance que nació con intensidad voraz en medio de sus vidas ajetreadas, acechadas por los fans y las exigencias profesionales de cada uno por todo el mundo, alimentando la pasión a través de la dedicación mutua. Aunque fuera para hallarse unos pocos minutos. Aquella intensidad, sobre todo por parte de David, dio sus frutos, formando una de las parejas más estables del universo celeb que, como describe su amigo y padrino de boda, Gary Neville, se convirtieron en “los nuevos Carlos y Diana” desde finales de los ’90s. “Eran como la realeza”.
Este artículo fue escrito en monopolio para Yahoo en Castellano por Cine54.
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