Tiene 32 primaveras y ya ha pasado más de la medio de su vida de set en set de televisión. Jeremy Allen White (Brooklyn, EE UU) es el pequeño de moda en Hollywood, al que todos llaman para ofrecerle películas y protagonizar portadas de revista. Su trabajo en la serie The Bear, cuya segunda temporada se acaba de abrir en España en Disney+, podría proporcionarle su primer Emmy en la ropa del próximo año, sin olvidar que ya le valió su primer Espacio de Oro en enero. Pero ayer de alzarse con esa estatuilla con capacidad magnética para atraer contactos y oportunidades, Allen White ya llevaba primaveras de profesión a sus espaldas. Curtido como actor desde que era casi nada un adolescente, se ganó el cariño del conocido durante la división en la que dio vida a Phillip Lip Gallagher en Shameless, el drama con tintes de comedia emitido por Showtime desde 2011 hasta 2021.
Ahora encara la treintena consciente del interés que ha despertado su papel como el atormentado, solitario y perfeccionista chef Carmy Berzatto en la mencionada The Bear, para muchos una de las mejores ficciones del momento. “Cuando se estrenó la serie, los teléfonos empezaron a sonar”, afirmó el intérprete a la revista Esquire en mayo, reconociendo la etapa de cambio que atraviesa su carrera. En la mayoría de los episodios, aparece ataviado con una sencilla camiseta blanca de manga corta y un delantal color índigo que deja al descubierto los numerosos tatuajes que salpican sus brazos. Suficiente para que el actor haya subido la temperatura en X (la plataforma anteriormente conocida como Twitter), donde se ha convertido en el crush televisivo de miles de fans. “No estoy en Twitter, pero todo el mundo en la serie sí está y tenemos un orden. Así que sí, Ebon [Moss-Bachrach, Richard en la serie], Lionel [Boyce, Marcus en el show], Ayo [Edebiri, Sydney en la serie] y todos los demás me lo han hecho entender. A mí me da vergüenza, pero lo entiendo. No sé. Los chefs son atractivos, a mí me gustan, creo que son de lo más guay. Hay poco atractivo en esas personas que tienen un don en cualquier ámbito”, dijo en una charla con Interview el verano pasado. “No esperábamos que la serie fuera a funcionar tan correctamente. Estábamos en Nueva York el verano pasado y estaba dando una envés por ahí. Sucedió en cuestión de una semana. De repente, la gentío gritaba ‘Sí, chef’ —las dos palabras más repetidas en los fogones de la ficción—”, contó el propio actor a Variety.
Hasta alcanzar el éxito planetario con The Bear, Jeremy Allen White ha construido su trayectoria profesional como una carrera de fondo, sin detener de trabajar, ilustrarse y ser constante bajo los focos. Criado en una grupo de clase media en un suburbio adinerado de Brooklyn (vivió una infancia tranquila en Carroll Gardens anejo a su hermana pequeña Annabelle), su carrera no cuenta con episodios oscuros, tragedias familiares ni esas historias de superación adoradas —y, muchas veces, aderezadas— por los publicistas de Hollywood. Él supo desde damisela beneficiarse las oportunidades brindadas y dirigirlas alrededor de su meta: convertirse en actor profesional. Desde los primeros primaveras de colegio tuvo claro su regusto por la interpretación y el bailable y en cuanto contó con la etapa adecuada inició su formación actoral en una escuela en Manhattan.
A los 18 primaveras llegó a Los Ángeles. Para entonces, ya había participado en algún que otro plan, con comienzo en la gran pantalla incluido. Ese brinco al cine se produjo en 2006 con la película Beautiful Ohio y un quinquenio luego, ya maduro en la meca del cine, se hizo con el papel que cambiaría su vida al formar parte del reparto de Shameless. A lo generoso de 11 temporadas y 134 episodios, Jeremy Allen White fue Lip Gallagher, uno de los hijos de una grupo numerosa disfuncional del sur de Chicago (ciudad donde todavía transcurre la trama en The Bear), con un padre alcohólico (William H. Macy) y una hermana veterano convertida en persona de grupo (Emmy Rossum). Empezó la serie a los 20 y la terminó acordado en la treintena, una experiencia “increíble”, en palabras del actor, que no obstante llegó a cuestionarse su carrera luego de tantos primaveras inmerso en el mismo plan. “Hubo un periodo en el que dejé de sentirme como un actor y empecé a comprobar que simplemente estaba aquí para hacer esa serie”, expresó en 2022 en Variety.
El costado amargo de la éxito
Como era de esperar teniendo en cuenta la repercusión de The Bear, los proyectos se amontonan para el neoyorquino. De momento, tiene tres títulos pendientes de estreno. Por un costado, la película Fingernails, un drama de ciencia ficción con tintes románticos donde comparte pantalla con Riz Ahmed. Por otro, en diciembre se prevé que llegue a las salas The Iron Claw, una película biográfica sobre los hermanos Von Erich, una dinastía de luchadores de wrestling que gozaron del éxito a comienzos de los primaveras ochenta, ayer de existir una sucesión de tragedias familiares que dio pie a la conocida como “la maldición de los Von Erich”. En el filme, coprotagonizado anejo a Zac Efron y con la presencia de Lily James en el reparto, Allen White da vida a Kerry Von Erich, campeón del mundo en cinco ocasiones.
La preparación física para el papel no ha sido precisamente sencilla. Si durante los meses previos al rodaje de The Bear acudió a escuelas de cocina y pasó varias semanas en un restaurante de Santa Mónica anejo al chef Dave Beran —“empecé allí como una mosca en la albarrada, luego hice algunos preparativos con ellos durante el día. Y, al final, estaba cocinando la comida que se servía”—, para la película de los hermanos Von Erich la comida todavía ha tenido un peso importante en su preparación, pero de una guisa muy distinta. Allen White detalló en Esquire la dieta hipercalórica que tuvo que seguir para vencer peso y corpulencia: “Tenía que ingerir todo el tiempo. No detener nunca. Por la mañana tomaba gofres y crema de almendras. Al mediodía comía hamburguesas de pavo y aguacate. Es efectivamente asqueroso. Intentas consumir tanto como puedas y, para ser sincero, no sienta muy correctamente. Además tuve que entrenar, pero tratar de crecer tanto físicamente no es forma de existir”. Su tercer plan a la panorámica es el largometraje You Can’t Win, basado en la novelística homónima de Jack Black, actualmente en grado de postproducción, según refleja la plataforma IMDB.
La voz y los actos de Jeremy White Allen todavía tienen una visibilidad creciente, por eso su décimo en la huelga convocada por el sindicato de actores SAG-AFTRA resulta tan reveladora. Como muchos guionistas y otros compañeros de profesión, el intérprete ha mostrado su apoyo a las reivindicaciones de la industria y no ha dudado en dejarse ver cartel en mano en alguna de las concentraciones convocadas por el sindicato en las calles de Los Ángeles.
En el otro costado de la peso, está experimentando el costado menos agradable de la éxito: la exposición de su vida privada. En los últimos meses, su presencia en los medios no se ha correcto solo a sus nuevos retos profesionales, sino todavía al divorcio de la actriz Addison Timlin. La pareja, amigos desde la adolescencia cuando se conocieron en 2008 en el rodaje de la película Afterschool, llevaba saliendo desde el año 2013. En octubre de 2018 dieron la bienvenida a su primera hija, Ezer Billy. Un año luego pasaron por el altar en una ceremonia íntima y sencilla celebrada en Beverly Hills y en 2020 la grupo creció con la pequeña Dolores. Discretos en sus perfiles de redes sociales, sí se dedicaban de vez en cuando alguna publicación, dejando ver la buena relación que mantenían. Incluso, en enero, cuando el actor se alzó con el Espacio de Oro, tuvo presente en su discurso de agradecimiento a su mujer: “Te quiero hasta lo más profundo de mis huesos, gracias por todo lo que haces y por todo lo que has hecho”, expresó desde el atmósfera.
Los fans recibieron con estupor la nota del divorcio en mayo. La revista People afirmó que fue Timlin quien solicitó los papeles del divorcio, si correctamente los motivos permanecen en el ámbito privado. En estos meses, ha habido esperanza para la reconciliación, luego de que en julio salieran a la luz unas imágenes de la pareja en compañía de sus hijas. Pero todo quedó en mínimo cuando pocas semanas luego Allen White fue fotografiado besando a la maniquí Ashley Moore.
Tras más de media vida dedicada a la comportamiento, el intérprete atraviesa su momento profesional más prometedor. Evita acomodarse bajo la sensación reconfortante que trae consigo el aprobación de la crítica, al tiempo que manejo de reconocerse a sí mismo como buen actor. Así se lo expresó a la actriz Jennifer Coolidge, con quien charló en el encontronazo Actors on Actors organizado por Variety: “Es decepcionante cómo a veces siento que necesito la potencia de un director. The Bear ha tenido éxito y por fin me siento como ‘vale, quizá pertenezco a esto un poco’. Pero es una pena que me haya llevado 15 primaveras de comportamiento”.