Josep Santacana se está preparando para el juicio que enfrenta junto a su exesposa, Arantxa Sánchez Vicario, por la supuesta ocultación de bienes para evitar el pago de una deuda millonaria. El empresario y la extenista tienen posturas enfrentadas. Mientras ella reconoce los hechos y se presenta como víctima de Santacana, él defiende su inocencia y arremete contra la campeona de Roland Garros.
Santacana niega que Arantxa esté pasando dificultades económicas y considera que esto es una estrategia para el juicio. Según él, vive en un lujoso apartamento en Miami, cerca de la casa de Enrique Iglesias, y lleva a sus hijos a colegios privados. Él afirma que Arantxa tiene sociedades, dinero e inmuebles, y siempre ha tenido un patrimonio oculto.
Santacana explica que cuando se casó con Arantxa en 2008, ella ya era insolvente y había perdido gran parte de su patrimonio. La extenista no pudo pagar las deudas (más de cinco millones de euros, que ahora son 6,6 millones con intereses) con el Banco de Luxemburgo, que le había prestado dinero en un caso de fraude fiscal por el que fue condenada. Santacana lamenta que se convirtió en el culpable de los errores cometidos por Arantxa.
Él afirma que nunca conoció ni administró el patrimonio de Arantxa, ya que todo estaba a cargo de su familia. Además, firmaron un acuerdo prenupcial que lo excluía de cualquier derecho sobre su fortuna. Santacana sostiene que nunca necesitó a Arantxa para tener un patrimonio y que nunca la engañó ni se benefició económicamente de ella.
Por otro lado, la Fiscalía acusa a Santacana de dar instrucciones a Arantxa para deshacerse de propiedades una vez que el Banco de Luxemburgo comenzó a reclamar la deuda. La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para cada uno por el delito de alzamiento de bienes. Sin embargo, Santacana niega haber cometido ningún delito y afirma que solo ayudó a Arantxa a gestionar su patrimonio inmobiliario. Él sostiene que las operaciones sospechosas incluyen la venta de propiedades con deudas, hipotecas y embargos, con el fin de pagar las deudas.
En una entrevista reciente, Arantxa declaró que intentará recuperar el presunto patrimonio dilapidado por Santacana. Él lo niega y sospecha que el dinero aún está oculto en Suiza a nombre de ella, aunque no tiene pruebas. Santacana afirma que cuando Arantxa se dio cuenta de que no podía pagar, buscó explicaciones de su padre y su abogado, quienes le dijeron que tenía un patrimonio de 30 millones.
Santacana cree que la estrategia de Arantxa es resultado tanto de la decepción por su matrimonio fallido como de una estrategia planificada. Según él, cuando Arantxa recibió la deuda, se dio cuenta de la situación y tuvo que enfrentarse a su familia. En ese momento, publicó un libro en el que criticaba a sus padres. Sin embargo, la separación cambió las cosas y Arantxa buscó la reconciliación familiar. Santacana interpreta que la familia Sánchez Vicario condicionó el perdón a que culpara a Santacana en el caso del Banco de Luxemburgo.
Santacana se encuentra en una posición procesal complicada, ya que Arantxa ha reconocido los hechos, se ha mostrado arrepentida y ha pedido una pena de prisión de siete meses. Por su parte, Santacana pide que no se favorezca a Arantxa solo por haber sido una deportista de élite.