Parece irrealizable dialogar de la caída de Call of Duty, porque cada nueva entrega está en la cinta de los más vendidos del año. La clan de Activision sigue dándonos esos juegos que justifican una pelea empresarial como nunca hemos conocido con miles de millones de dólares sobre el tapete y agencias reguladoras de todo el mundo decidiendo el futuro de la industria del videojuego. Es un gigante con los pies perfectamente anclados en la tierra que parece irrealizable de derribar. Sin bloqueo, hubo un cambio que cortó de raíz una de las extremidades de este coloso. Era una de las menos importantes para la sanidad común de la clan. Poco que quizá solo le importaba a uno de cada diez jugadores, pero que significaba mucho más para ellos de lo que podéis imaginar.
El día que Call of Duty no pensó en los fans de todo el mundo
Hoy hablamos de la imagen competitiva de Call of Duty. Una franquicia que ha crecido en términos de esports y que seguirá haciéndolo con el tirada de Modern Warfare 3. Así me lo confirmó Daniel Tsay, Caudillo Manager de la división de deportes electrónicos de la clan, cuando tuve la oportunidad de dialogar con él. Sin bloqueo, hay poco paradójico en este mejora. Mientras que el serie está mejor que nunca a nivel mundial, la sensación en una parte de la comunidad es que genera mucho menos interés que hace diez primaveras. Insistimos aquí en una ilustración que aplica a todo el resto del artículo: siempre nos referimos a su imagen de esports y no al videojuego de forma común
Lo verdaderamente resultón de la situación de Call of Duty es que todo el mundo tiene razón. Tsay encuentra motivos para defender que hay más jugadores interesados que nunca, pero la comunidad no se equivoca cuando dice que ya nadie le presta atención. Estamos delante un problema cultural y de perspectiva. La gran imagen a través de la que miran los responsables de Activision contra los detalles fotográficos que señalan los jugadores. Es verdad que el número de espectadores en las grandes competiciones organizadas por la desarrolladora es mucho más elevado ahora que nunca, asimismo que su distribución no es uniforme a lo dispendioso del mundo. Mientras que los torneos generan verdadera exaltación en Estados Unidos, en Europa vivimos una época mucho más difícil.

La Call of Duty League es una competición creada a la medida de Estados Unidos.
Aunque no es tratable encontrar cifras fiables sobre la distribución de la audiencia, la imagen competitiva de Call of Duty está creada a la medida del sabido norteamericano. La mayoría de profesionales son de ciudadanía estadounidense, la unión está franquiciada al estilo de la NFL o la NBA, los horarios no siempre son amables con el sabido del resto del mundo y los torneos asimismo se disputan asiduamente en su zona. Un detalle aún más evidente lo encontramos al mirar los nombres de los equipos. Del mismo modo que en la Overwatch League, los clubs de esports presentan en esta competición una marca alternativa ligada a una ciudad del mundo. Esta situación ha poliedro ocupación a algunas situaciones casi ridículas, como la que ha rodeado a la arribada de Team Heretics a la unión, que ha sido la mejor nota para los aficionados españoles desde la creación de la competición.
Team Heretics es una ordenamiento con sede en Madrid fundada por un youtuber almeriense y otros empresarios españoles que a partir de la próxima temporada, en la imagen competitiva de Call of Duty, conoceremos como “Miami Heretics”. ¿Cuál es la relación entre el club y la ciudad? Absolutamente ninguna, más allá de los claros intereses comerciales de la unión centrados en el sabido norteamericano. En total, quince de los dieciséis equipos que participan en la competición están vinculados a ciudades de Estados Unidos. El otro, es de Toronto (Canadá). En este sentido, se ha convertido más en una unión regional que en un producto mundial. Junto a destacar que la situación ha empeorado en los últimos primaveras. El único equipo europeo que quedaba (London Royal Ravens) se mudó a Charlotte (Carolina, EE.UU.) en septiembre de 2023.

Heretics ha estado vinculado al Call of Duty castellano desde su fundación, siendo pionero en la combinación de esports y creadores de contenido.
¿La valor de la unión tiene sentido? La respuesta es un sí, pero no. La empresa Abios, especializada en disección de datos referidos a videojuegos, señala que el 22% del sabido mundial de Call of Duty: Warzone (es el mejor antecedente al que nos podemos agarrar) se encuentra en Estados Unidos. En este sentido, parece sensato que la compañía quiera potenciar su producto en el país, ya que los esports son una forma muy efectiva de afianzar a los jugadores. Adicionalmente, enfocarse en el sabido norteamericano asimismo permite resistir a acuerdos de patrocinio mucho más lucrativos y sometidos a menos restricciones de las que existen en nuestro continente. Por otra parte y aunque podemos resistir a explicar la decano presencia norteamericana, es difícil hacer lo mismo con el olvido total al que han sido sometidos los fans del resto del mundo.
Daniel Tsay, Caudillo Manager de la división de esports de Call of Duty, me respondió cuando tuve la oportunidad de dialogar con él del tema: “La razón por la que la unión se construyó sobre franquicias basadas en ciudades del mundo fue para atraer a los fans de cada ciudad. Es poco que ves en todos los deportes (…) Creo que en un montón de aspectos eso ha funcionado. Toronto, con el tema de Toronto Extremista, hemos conocido a muchos fans locales pasarse al equipo de Call of Duty. Cuando miramos a los aficionados de diferentes equipos, hay un montón que están en torno a las localidades de los equipos”. Creo que tiene parte de razón en su planteamiento, pero el problema es precisamente ese: si muchos fans están en torno a las localidades de los equipos y estos solo se encuentran en un ocupación del mundo… ¿qué pasa con los demás?

Giants, un equipo histórico del Call of Duty castellano, abandonó el videojuego a posteriori de que este perdiera repercusión. La misma situación se repitió en muchos otros equipos.
Incluso si nunca habéis aurícula dialogar de esports, quizá sepáis que League of Legends es el videojuego competitivo más seguido en España. Es un trono que consiguió tras pelear con Counter-Strike y Call of Duty. El primero no sorprende, porque es uno de los videojuegos más seguidos a nivel mundial. Sin bloqueo, la presencia de CoD en esta disputa apasionamiento la atención. Mientras que el serie de Riot Games evolucionó a nivel mundial manteniéndose robusto a nivel regional, la clan CoD (que casi empataba en espectadores a LoL en España) rompió lazos con las escenas competitivas de cada país. No se negociación solo de que no las impulsara, si no de que fue una parte necesaria de su desaparición. Activision intentó convertirse en la organizadora de los torneos nacionales tomando el papel de una empresa tan asentada como la LVP y el plan, simplemente, no salió perfectamente.
Daniel Tsay me explicaba que no se arrepentía del camino tomado por la compañía y, sinceramente, no le culpo por ello. “Las mayores audiencias que hemos tenido han llegado llegaron en la era de la Call of Duty: League. Hay un poco de falsos expresiones cuando hablamos de los viejos tiempos. Si miras los datos, nuestras medias de visualizaciones o los picos han tenido ocupación en los primaveras más recientes. Estamos felices con las cifras de espectadores y lo que hemos conseguido en la era de la CDL. Uno de los motivos por los que quisimos hacer la unión con equipos franquiciados era para hacer el entorno más sostenible en términos económicos. Esto es un poco más nota entre bastidores, pero estamos en una situación sobrado saludable”. Este zaguero punto es secreto: mientras muchos esports están sufriendo para mantenerse, la imagen del videojuego de Activision ha arruinado el año en su mejor momento –imagen común– de la historia.
De hecho, Tsay, que asimismo trabajó con la NBA, me contaba que pensaban en la internacionalización como una de las formas de crecimiento más evidentes de cara al futuro. En este sentido, es el día que más tratable lo tenemos para el periodismo de soluciones. Sabiendo que los 16 equipos actuales de la Call of Duty: League son norteamericanos, quizá sea el momento de inaugurar una división europea. Lo cierto es que hay muy pocas cosas en el mundo de los esports que me pudieran hacer más ilusión que volverme a advertir integrado en una imagen competitiva en la que participe de forma muy activa, tanto en calidad de componente como de espectador. No se si esto será posible teniendo en cuenta la situación flagrante con la transacción por parte de Microsoft. Hay muchas incertidumbres sobre cómo cambiarán las cosas tras la toma de poder de Xbox, aunque estoy seguro de que todos los que disfrutaban del título como lo hacían yo tienen ganas de un regreso a los viejos tiempos.
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