Según la ley, los siete consejeros de Estado británicos, que incluyen, entre otros, a la princesa Ana y al príncipe Andrés, deben tener una residencia en el Reino Unido. Sin embargo, en la actualidad hay uno de ellos que no la posee. El príncipe Enrique, de 39 años, es uno de esos siete miembros de la familia real que podrían sustituir a otro si se encuentran en el extranjero o enfermos, pero no tiene una casa en suelo británico. Esto sucede desde principios de 2023, cuando su padre los desalojó a él y a su esposa Meghan Markle de Frogmore Cottage debido a su renuncia a sus deberes reales.
En un intento por resolver el problema, fuentes del palacio de Buckingham han asegurado a The Times que los funcionarios reales habían discutido la posibilidad de alquilar una propiedad en una finca real para los duques de Sussex. Una opción que se mencionó fue ofrecerles alojamiento en un apartamento en el palacio de Kensington, donde su hermano Guillermo y Kate Middleton tienen una casa y una oficina privada. Pasan algunas noches allí después de trasladar a su familia a Windsor. Sin embargo, esta sugerencia fue rápidamente rechazada. De hecho, el palacio ha negado las noticias que indicaban que el rey Carlos III podría verse obligado a permitir que el príncipe Enrique se quede en el palacio en su próxima visita al Reino Unido, según informa la prensa británica.
Esta opción cobró sentido cuando una persona cercana al monarca aseguró al periódico británico que era poco probable que Carlos III destituyera a su hijo menor como consejero de Estado, ya que eso sería considerado un acto de antagonismo que él no desea llevar a cabo. Por lo tanto, dijo que “si alguna propiedad de la finca real necesita ser destinada como un apartamento para su hijo, eso sería algo razonable”. Sin embargo, parece que las especulaciones de que Kensington sea el lugar elegido son solo eso, ya que el propio palacio de Buckingham ha refutado esa idea, confirmando al mismo periódico que “estas afirmaciones no son verdaderas”.
El interés por la falta de vivienda de los duques de Sussex en el Reino Unido se ha intensificado después del último viaje de Enrique de Inglaterra a Londres a principios de septiembre, cuando se le negó una habitación en el castillo de Windsor durante su breve visita a la ciudad. El duque, quien ha estado viviendo en California con su esposa e hijos durante más de tres años, voló a la capital inglesa desde Estados Unidos para asistir a la entrega de premios de la organización benéfica WellChild y solicitó alojarse en el castillo mientras su padre estaba en Balmoral, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Isabel II. Sin embargo, su solicitud fue denegada. Enrique rechazó la invitación a Escocia debido a su apretada agenda. Finalmente, pasó la noche en un hotel en Londres. De cara al futuro, el palacio de Buckingham le hizo saber que si desea quedarse en una residencia real o visitar a su padre durante su estancia en el Reino Unido, tendrá que reservar con anticipación a través de una solicitud formal. Según informa The Times, los asesores reales indican que es probable que se le proporcione alojamiento temporal en Windsor para visitas cortas, siempre y cuando haga la solicitud correspondiente.
Hasta el año pasado, los consejeros de Estado eran la reina (Camila), el príncipe de Gales (Guillermo), el príncipe Enrique, el duque de York (Andrés) y la hija mayor de este, la princesa Beatriz. Esta situación llevó a muchas personas a considerarla inadecuada, ya que Enrique, el príncipe Andrés y Beatriz no son miembros activos de la realeza. En noviembre, Carlos III solicitó al Parlamento británico que se agregara a la lista a sus otros dos hermanos, la princesa Ana y el príncipe Eduardo. Se entiende que el rey decidió no eliminar a Enrique y Andrés debido a que no quiere aumentar las tensiones familiares y cree que es poco probable que alguno de ellos tenga que reemplazarlo en el futuro.
Poco después de anunciar su decisión y la de Meghan de alejarse de la vida real oficial en enero de 2020, Enrique dijo en un evento benéfico: “El Reino Unido es mi hogar y un lugar que amo. Eso nunca cambiará”. Sin embargo, desde entonces, las tensiones familiares solo han aumentado, especialmente después del estreno de la serie documental Enrique & Meghan en Netflix, donde la pareja repasa los obstáculos que han enfrentado desde el comienzo de su relación y hasta que tomaron la decisión de dejar de ser miembros de la familia real. Además, se publicó más tarde el libro de memorias del duque, En la sombra. Desde entonces, ha quedado claro que no tiene ninguna residencia en la nación que considera su hogar y que, a pesar de ser el hijo del rey, debe reservar su alojamiento con antelación, como cualquier otra persona.