Melissa Joan Hart (Nueva York, Estados Unidos, 47 primaveras) era toda una destino en los primaveras noventa gracias a su papel en la serie Sabrina, cosas de brujas, en la que se puso en la piel de una maga adolescente que tiene que asimilar a diligenciar sus poderes mágicos con la ayuda de sus dos tías a lo dadivoso de siete temporadas (emitidas entre 1996 y 2003). Era el mejor momento de su carrera, pero hubo un día en el que todo su mundo colapsó. Fue el 28 de septiembre de 1999. En 24 horas, casi fue despedida del papel que le había cubo la éxito, perdió su papel Scary Movie mientras iba al aeropuerto para conservarse al rodaje y se separó de su novio. Y todo sucedió un día que supuestamente tenía que ser adecuado, el del estreno de su comedia romántica La chica de al flanco en Nueva York.
La actriz ha recordado esa cautiverio de catástrofes en un episodio del podcast Pod Meets World. En el capítulo, los anfitriones Danielle Fishel, Will Friedle y Rider Strong muestran una foto de Melissa Joan Hart y Britney Spears posando en la ruedo roja de la premiere de La chica de al flanco. “Si me miras a los luceros [en la foto], había estado llorando toda la indeterminación”, recuerda la actriz.
Ese día fue malo desde el principio, relata. Tenía la intención de romper con su novio de aquel momento, quien todavía estuvo en la película, y llevaba desde las cuatro de la mañana despierta haciendo promoción para el filme. Cuando llegó al estreno, la obligaron a esperar interiormente del coche durante una hora hasta que llegó Britney Spears, y así ambas pudieron aparecer juntas delante los medios. Cuando por fin terminó la ruedo roja y la película casi nada había empezado, Melissa Joan Hart no tuvo tiempo ni de disfrutar del evento. Fue llevada en seguida al aeropuerto porque debía pirarse a Vancouver (Canadá), donde se estaba rodando la película de humor desafortunado Scary Movie, en la que iba a interpretar, en sus palabras, a una chica “vivaz, de pechos grandes, que es asesinada o poco al principio”. Pero ese itinerario en coche hasta el aeropuerto no fue como esperaba: “Me metieron en una limusina luego de que acabara de romper con mi novio mientras estábamos en el estreno, estaba llorando y disgustada”. Y en pleno trayecto llegó otra mala comunicado: una emplazamiento en la que se enteró de que había perdido ese papel (que acabaría interpretando Carmen Electra).
Desanimada, Joan Hart regresó para personarse a la fiesta celebrada en el Planet Hollywood de Nueva York luego del estreno de La chica de al flanco, donde le esperaban más malas informativo. Allí, se enteró de que se estaba barajando la opción de despedirla de su serie Sabrina, cosas de maga. “Llegó mi abogado y me preguntó: ‘¿Hiciste una sesión de fotos por la revista Maxim?”, recuerda la intérprete en la entrevista de Pod Meets World. “Le dije que sí, y me contestó: ‘Pues, te han presentado una demanda y te van a despedir del software, así que no hables con la prensa. No hagas carencia”. Luego, recibió una emplazamiento acusatoria de su matriz, quien era su productora. “Mi matriz me preguntó: ‘¿Qué hiciste?’. Y yo estaba como: ‘No sé, lo que mi publicista me dijo que hiciera en la sesión de fotos. ¡Hice una sesión de fotos para Maxim! Es Maxim, por supuesto que vas a estar en tu ropa interior”, cuenta la ex destino adolescente. Al hacer aquella sesión de fotos en la que aparecía solo cubierta por una sabana y con un tanga desafortunado, Melissa Joan Hart supuestamente había violado su arreglo con Archie Comics —la editorial que publicó las historietas en las que se basó la serie de ABC— que le prohibía interpretar “al personaje de Sabrina desnuda”.
Las fotos acabaron en la portada de la revista, anejo con el titular: “Sabrina: Your Favorite Witch Without a Stitch” (poco así como Sabrina: tu maga favorita sin tela, en castellano). La publicación la había vinculado de este modo con su personaje, no con su persona, y esto fue el problema, explica hoy. “Pensaban que estaba violando el arreglo porque estaba interpretando al personaje. No, se suponía que era yo, promocionando mi película [La chica de al lado]. No se suponía que fuera un personaje. No tenía control sobre lo que escribieron en la portada”. Al final, y tras unas semanas de angustia en la que ha recordado tener llorado en el hombre de su padre, todo se resolvió porque, según Hart, la publicación no tenía un argumento válido y ella “no podía controlar lo que el medio puso en la portada”. Eso sí, tuvo que escribir una carta disculpándose por esa portada —aunque no detalla a quién se la mandó—. 24 horas de pesadilla que, al menos, no afectaron a su sustento principal.