Estamos tan inmersos en un contexto inflacionario en el que se le presta principal atención a la desarrollo del nivel caudillo de los precios, que muchas veces pasamos por detención las variaciones de algunos títulos basadas en consideraciones microeconómicas, que pueden originarse en razones de propuesta o en razones de demanda. Ejemplos de las primeras: la ignición de una cosecha, o la invención de un nuevo proceso para elaborar caudal existentes. Las segundas aluden a las oscilaciones de la demanda, por razones que falta tienen que ver con la política económica del gobierno de turno.
Sobre esto postrer consulté al francés Marcel Paul Boiteux (1922- 2023), quien estudió matemáticas en la Escuela Frecuente Superior, y en el Instituto de Estudios Políticos. Enseñó en su primer alma mater, y igualmente en la Escuela de Puentes y Canales. Entre 1949 y 1987 trabajó en Electricité de France, como ingeniero, director, director caudillo y, finalmente, como presidente del directorio. En 1959 presidió la Sociedad Econométrica.
–Michel Beaud y Gilles Dostaler lo consideran un peculiar representante de la tradición francesa de economistas-ingenieros.
–De la cual me siento muy orgulloso. Tradición de la cual igualmente forman parte Pierre Massé, Edmond Malinvaud y Jacques Lesourne. Le digo más. Francia produjo hasta ahora cuatro premios Nobel en Patrimonio: Maurice Felix Charles Allais, Gerald Debreu, Esther Duffló y Jean Tirole. Todos egresados de la Escuela politécnica, la Frecuente Suprior, la de Minas, la de Puentes y Canales, etcétera.
–¿Y universidades como la Sorbona?
–Se dedica al disección y la enseñanza de los primeros principios; pero cuando hay que determinar cuánto cobrar por el boleto de ferrocarril entre París y Lyon, o si hay que otorgar descuento por ir y retornar en el día, el Estado francés recurre a los egresados de las Escuelas.
–La profesión lo recuerda a usted principalmente por los denominados “precios Ramsey-Boiteux”, y por la tarifación de pico y valle.
–Vamos por partes. La asignación de posibles eficaz recomienda fijar los precios sobre la colchoneta de los costos marginales. Cuando dichos costos son inferiores a los costos medios, el referido criterio genera débito en las empresas que lo aplican. Lo que de forma independiente propusimos Frank Plumpton Ramsey y yo fue cómo modificar los precios de forma que las empresas equilibren sus presupuestos.
–¿Qué es eso de tarifación de pico y valle?
–El disección financiero más profundo, y el sentido global más primario sugieren que los precios deben ubicarse en el nivel en el cual la cantidad ofrecida iguala a la cantidad demandada. Porque, en un sentido fundamental, tanto las butacas vacías durante una función de cine o teatro, como las personas frustradas por no poder ingresar a un estadio deportivo empachado, son señales de desperdicio.
–Entiendo, pero, ¿cuál fue su contribución al respecto?
–Metamorfosear este principio en recomendaciones prácticas, a partir de la observación de que la demanda fluctúa a lo espléndido del tiempo, adentro de un mismo día, de los días de una semana, o en fechas específicas.
–Ofrézcame ejemplos.
–En Manhattan, la demanda de hoteles entre el 31 de diciembre de un año y el 1 de enero del futuro, es muy superior a la que existe 15 días ayer o a posteriori de esa término; con la demanda de flores cerca de los cementerios o el día de la origen, ocurre exactamente lo mismo. En el interior de cada día, la demanda de transporte divulgado es muy variable; como igualmente lo es la demanda de cine, adentro de cada semana.
–¿Y entonces?
–Si una habitación de hotel, butaca en un cine o asiento en un avión vacíos son un desperdicio, ¿qué tal reverberar eso cobrando de forma diferente el mismo servicio? La propuesta tiene un objetivo específico.
–¿Cuál es?
–Desviar una parte de la demanda, de los momentos de maduro presión sobre la propuesta, denominados “de pico”, con destino a los de pequeño presión, denominados “de valle”. Quien, por la razón que sea, insiste en demandar una mercadería o un servicio en los momentos de demanda máxima, tiene que abonar la tarifa plena; quien no, se beneficia.
–¿Por qué la propuesta no puede ajustarse a la demanda cambiante?
–Por razones físicas. ¿Se imagina tirar debajo algunos pisos de un hotel, porque algunos días tiene pequeño ocupación, volviéndolos a construir cuando aumenta la demanda? Precisamente, cuando se implementa mi propuesta, el rol de los precios es el de compatibilizar una propuesta fija con una demanda cambiante. Premeditadamente: poco similar recomendó William Spencer Vickrey para tarifar el servicio de subtes de Nueva York.
–¿Es tecnológicamente factible?
–Cada vez más. Una publicidad televisiva lo está documentando de forma muy simpática, cuando muestra a un par de huéspedes que se encuentran con que tienen que enriquecer precios diferentes, por habitaciones iguales, porque contrataron el servicio vía diferentes canales. La próxima vez que alucinación en un avión, pregúntese cuántas tarifas distintas habrán pagado los diferentes pasajeros que viajan en una misma clase; se sorprendería al examinar el resultado.
–La tarifación de pico y valle se entiende mucho más en la prestación de los servicios que en la compraventa de mercaderías.
–Totalmente de acuerdo. ¿Por qué los supermercados ofrecen descuentos en determinados días, en la traspaso de mercaderías? No es posible explicar esto.
–Pasando de la micro a la macro, me surgen un par de preguntas. La primera tiene que ver con los programas de estabilización, que para acelerar la aparición de los resultados “anclan” determinados niveles de precios.
–Genuina preocupación. Porque la situación que estamos analizando no surge de un control de precios, sino que deriva de comportamientos individuales de la población. El problema que tiene el anclado de los precios como parte de una política antiinflacionaria es que le resulta difícil al ministro de Patrimonio explicarle a la población que “los precios” no deben subir, pero que el de determinado producto sí. ¿Cuál es la otra pregunta?
–¿Cómo captan la tarifación de pico y valle, las estimaciones pública y privada de la tasa de inflación?
–Desafío fenomenal. Cuando usted era jovencito, De Pablo, los precios eran los precios. Ahora no. La persona interesada en comprar determinado producto enfrenta primero un número muy ínclito en pesos; pero ayer de salir corriendo, el mercader le dice: sobre este número le haré un descuento, que será maduro si usted es pelado, hincha de Vélez Sarsfield o si concurrió a una escuela pública. Adicionalmente de lo cual, lo podrá abonar en X cantidad de cuotas sin interés, etcétera. Resulta muy difícil memorizar, en definitiva, cual es el serio precio del referido producto. Y esto le genera un enorme desafío a quienes confeccionan los índices de precios.
–Don Marcel, muchas gracias.