Las autoridades australianas han hexaedro por cerrado el caso contra Amber Heard por tener introducido a sus perros, Pistol y Boo, de forma ilegal en el país hace más de ocho abriles, según reveló el Gobierno en una explicación este martes, 23 de agosto. La historia se remonta al abril de 2015, cuando la actriz viajó en jet privado para reunirse con su entonces consorte Johnny Depp y sus dos yorkshire terrier no pasaron el protocolo de 10 días de cuarentena obligatorios. El Gobierno llegó a amenazar con ofrecer a las mascotas, y el incidente hizo pasar ríos de tinta —mucho menos, eso sí, que el anuncio de su divorcio meses posteriormente—. La actriz fue condenada en 2016, pero se enfrentaba a un posible caso penal por las acusaciones de que mintió al tribunal australiano. Acusaciones surgidas por las diferencias entre lo que declaró su defensa durante el querella en 2016 en Australia y lo dicho por un exempleado sobre esta historia en otro querella celebrado en Londres en 2020, en el que Depp demandaba a The Sun por difamación al acusarle de maltratador.
Ahora, el sección de Agricultura, Pesca y Silvicultura australiana, encargada de monitorizar las leyes de bioseguridad, ha desestimado el caso y ha confirmado que el director de prosecuciones públicas ha decidido no encausar de nuevo la actriz, de 37 abriles. “No se tomarán medidas de opinión contra la actriz Amber Heard por acusaciones relacionadas con su sentencia por la importación ilegal de dos perros a Australia en 2015″, afirma el documento gubernativo.
Amber Heard llegó a Australia en el avión privado del actor el 21 de abril de 2015, en el que además viajaban Pistol y Boo. Aunque en principio quienes llegan en jet pasan por los mismos controles que el resto de pasajeros, las mascotas se saltaron el protocolo de seguridad. Fueron descubiertas cuando un empleado de Depp, que estaba en Australia rodando la finca película en la clan de Piratas del Caribe, los llevó a una peluquería canina en la ciudad de Gold Coast. Las autoridades dieron a la pareja un plazo de 50 horas para salir del país con sus animales o estos serían sacrificados. “El señor Depp decidió saltarse las leyes de nuestra nación”, declaró el entonces ministro de agricultura, Barnaby Joyce, en una rueda de prensa. La situación empeoró cuando Joyce alertaba de la posibilidad de que los perros no pudieron retornar a entrar a Estados Unidos: “La cuestión es que si ellos se saltaron nuestras leyes, ¿siguieron las leyes correctas en Estados Unidos?”, dijo durante una entrevista en la esclavitud pública ABC. “Mi preocupación es: ¿Los dejarán entrar en Estados Unidos? Y si no, ¿tendrán algún sitio al que ir?”. Advirtió que Pistol y Boo podrían terminar siendo “perros sin Estado”. La pareja consiguió aterrizar con sus perros en Estados Unidos, posteriormente de que el tarea australiano expidiera un certificado de exportación, facilitando su entrada. Pero el asunto generó un gran revuelo en las redes sociales, dando empleo a la fórmula #WarOnTerrier e incluso una petición para auxiliar a Boo y a Pistol que acumuló miles de firmas.
En 2016, Amber Heard se declaró culpable de falsificar los documentos inmigratorios, delito que podía castigarse con hasta un año en prisión. Sin requisa, el cargo más formal, el de importación ilegal de animales, que se castiga con hasta 10 abriles de mazmorra y una multa de 73.825 dólares (65.378 euros), fue retirado. Al final, la actriz publicó un vídeo disculpándose por el asunto —en el que aparecía yuxtapuesto a Depp—, y solo fue condenada a mostrar un buen comportamiento durante un mes y, en caso de no hacerlo, remunerar una fianza de 767 dólares (679 euros).
El mediático percance parecía cerrado hasta que el caso en su contra fue franco de nuevo en 2020, consecuencia de un certificación en el querella por la demanda que Depp interpuso contra el diario inglés The Sun por acusarle de ser un marido violento, querella que el actor perdió en noviembre de 2020. Según la esclavitud ABC, en 2016 uno de los abogados de la actriz aseguró que ella desconocía las leyes migratorias australianas y negó que mintiera premeditadamente al no decidir la entrada de Pistol y Boo en Australia. Pero la explicación cuatro abriles posteriormente de un exempleado de Johnny Depp, Kevin Murphy, sugirió que la historia había sido otra. Murphy afirmó que Amber Heard sí era consciente de las regulaciones de cuarentena, que se empeñó en desplazarse con los perros y que había presionado a un empleado para que asumiera la tropiezo. Entonces, el Gobierno australiano inició una investigación sobre un posible caso de perjurio. Ahora, tres abriles posteriormente, el sección de agricultura ha decidido retirar los últimos cargos contra Amber Heard. Las autoridades afirman que la valor ha sido tomada tras colaborar con agencias en Australia y en el extranjero que investigaron si la intérprete mintió y si algún empleado había falsificado una explicación bajo coacción, según informa Associated Press.
Así, dan por cerrado un problema sumarial que Amber Heard encadenó con la sucia batalla lícito contra Johnny Depp, aunque en esa ella saliera perdiendo. La actriz de Bienvenidos a Zombieland o Aquaman se convirtió en la dueña de Pistol y Boo posteriormente de su divorcio en 2017.