En 1998 la embeleso de Disney desembarcó por primera vez en un teatro recinto cuando el patrón Daniel Grinbank produjo en el Teatro Ópera La Bella y La Bestia, el primer título de la franquicia en ocurrir del celuloide al ambiente en Broadway. Con la debutante Marisol Otero y el consagrado Juan Rodó (tras su protagónico en el Drácula de Pepe Cibrián Campoy y Espíritu celeste Mahler) en los roles principales. Doce primaveras a posteriori, en 2010, ese mismo título y en la misma sala fue repuesto con otro índice liderado por Magalí Sánchez y Martín Ruiz. Desde entonces se ha hablado y mucho del regreso de Disney a la avenida Corrientes con alguno de los títulos que supieron de versiones teatrales y que fueron éxito en todo el mundo, como La sirenita, Mary Poppins, El rey héroe, Tarzán y El cheposo de Notre Dame. Sin incautación, las distintas crisis económicas impidieron que esto se convirtiera en existencia, habida cuenta del stop costo que siempre implica poner en marcha producciones de parecido envergadura, sobre todo con un dólar fluctuante.
Pero como lo de Disney se emparenta más con la embeleso que con la existencia, la almacén volverá a afirmar presente en Buenos Aires a principios de 2024. Y no con uno de los títulos consagrados, hacia lo alto apuntados, sino con un espectáculo realizado exclusivamente para Latinoamérica, que tendrá su estreno en la Argentina el 11 de enero. ¿Dónde? Por supuesto que en el Teatro Ópera. La Caja Mágica –tal el nombre del show– es el primer musical de la división teatral de los Estudios Disney en Broadway que debuta fuera de los Estados Unidos. Se alcahuetería de una coproducción entre Disney Theatrical Group y los locales Fever y RGB Entertainment.
Ayer, en una sala de ensayos del barriada de Villa Ortúzar, se llevó a lengua el primer investigación del espectáculo y, asimismo, la presentación del plan a la prensa. Fueron de la partida, entre otros integrantes del especie creativo, el director de la obra, el norteamericano Thaddeus McWhinnie Phillips (de trascendental parecido con Walt Disney) y el ideólogo, codiseñador de la escenografía, productor caudillo y Vicepresidente de Organización Internacional de Disney Theatrical Group en Nueva York, el colombiano Felipe Gamba Paredes; dos profesionales con nutridos y prestigiosos CV, muy locuaces, apasionados e histriónicos. En presencia de parte del staff técnico y del índice completo (conformado casi exclusivamente por actores, cantantes y bailarines argentinos, 26 en total), brindaron detalles sobre el proceso creativo y de la realización de La Caja Mágica. Dijeron que se alcahuetería de un hito en el teatro musical, en el que por primera vez las canciones de Disney se fundirán unas con otras y los personajes icónicos de todas las películas cobrarán vida a través de distintas técnicas teatrales. Prometieron que en sólo 75 minutos el manifiesto podrá ver desfilar por el ambiente del teatro toda la historia de Disney, a través de fragmentos de 80 canciones. Así se mezclarán, por ejemplo, “Un mundo ideal”, de Aladdin, y “Cuán allí voy”, de Moana: un mar de aventuras, con “No se acento de Oscuro”, de Encanto, “Ciclo sin fin” de El rey héroe y “Emancipado soy”, de Frozen: una aventura congelada. La curiosa Mara (rol a cargo de Luján Blaksley) será el personaje conductor de la velada, la encargada de “unir” los distintos segmentos del espectáculo, en los que asimismo aparecerán los inefables Mickey, Minnie, Donald, Pluto y Goofy. “En fin, será una celebración del proceso creativo de un actor, de Walt Disney, y de todos los que continuaron su trabajo. Y asimismo una revalorización de cada una de las películas porque si las desligamos del suceso comercial que tuvieron son, sin dudas, verdaderas gemas artísticas. Eso, en La Caja Mágica, va a acordar más que claro”, concluyó Gamba Paredes.
Luego de que el damisela índice adelantara un número del show -a espaldas de la “caja” que da título al espectáculo y que será el tipo escenográfico principal en el ambiente del Ópera-, McWhinnie Phillips y Gamba Paredes aceptaron un interviú exclusivo con LA NACION para congratular más información sobre las peculiaridades de La Caja Mágica.
–¿Por qué optaron para este show por el medio del hilo conductor y no por el de la historia, con principio, incremento y final?
Gamba Paredes: –La referéndum de este medio estuvo desde el vamos y se debió a que en La Caja Mágica representamos tantísimas historias. Era importante no crear un peso muy cachas en la historia y sí en las hilaciones, sino iba a ser demasiada información y el show iba a durar, imagínate, como cinco horas, o varios días (risas).
–¿El espectáculo está dedicado fundamentalmente al manifiesto de niño?
GP: –No, yo te diría que es más un espectáculo para el caprichoso que todos llevamos adentro que para los niños. Nuestro afectación aquí es entrar más a los adultos que a los niños. Porque la modo en que estamos contando todo va a disparar nociones de nostalgia y para emocionarse con ellos hay que ser adulto. Y asimismo porque usaremos mucho el medio de la metáfora. Pero los niños asimismo la van a ocurrir muy aceptablemente, claro.
–¿Por qué decidieron producir y abrir el musical en la Argentina?
GP: –Por muchos motivos. Primero por la profundidad de la industria teatral en Buenos Aires y el enorme talento que hay aquí, eso lo tenía muy en claro, aquí todo es de primera. Y segundo porque yo quería dirigir un mensaje al mundo: que un gran espectáculo, de altísima calidad, no tiene por qué aparecer en Nueva York o en Londres para tener validez. A veces las industrias, sobre todo la teatral, suelen ser un poco miopes y sólo ven su inmediatez: sólo valoran y validan lo que están haciendo ellas mismas. Yo llevo 15 primaveras trabajando para Disney en todo el mundo y sé muy aceptablemente el talento que hay allí exterior. Por eso esta vez me propuse demostrarlo estrenando La Caja Mágica en Buenos Aires con índice recinto.
McWhinnie Phillips: –Adicionalmente Buenos Aires tiene una historia teatral muy cachas. Es la ciudad más teatral del mundo. En Nueva York la multitud que va a ver poco a Broadway no va al off Broadway y al contrario. Pero aquí la multitud asiste a todos lados: al circuito comercial, al independiente, al empírico. Eso es súper cachas. Y el talento de los actores aquí es verdaderamente impresionante. Y no lo digo sólo por los bienes técnicos de los intérpretes sino asimismo por sus almas. La capacidad de expresión de los actores argentinos es única.
–¿Cómo fue el proceso de selección de casting? ¿Lo hicieron personalmente o lo delegaron? ¿Se hizo en forma presencial o a la distancia, por Teleobjetivo?
McP: –Todo el índice fue predilecto acá, mediante varios castings. Hay una venezolana, un uruguayo y el resto son todos argentinos. Los elegimos nosotros, personalmente. Primero hubo una ronda selectiva por Teleobjetivo, el año pasado, y luego otra presencial, aquí, en Buenos Aires, en abril de este año. Ya habíamos estado en julio del año pasado, pero para hacer un taller creativo y probar distintas ideas. Fue un gimnasia muy determinante porque de allí surgió prácticamente todo el espectáculo como se verá finalmente sobre un ambiente. Fue muy difícil clasificar a los actores porque todos los que se presentaron eran extremadamente talentosos.
–¿Están al tanto de que Buenos Aires volvió a contar con versiones locales de musicales de Broadway? ¿Qué comentarios reciben en los EE.UU. sobre estas puestas?
GP: –Lo tenemos absolutamente presente porque al fin y al lengua la industria teatral de Broadway es muy pequeña y allí nos conocemos todos. Y si trabajás en este medio estás muy al tanto de lo que está ocurriendo en todas partes. O sea, que si un título de Broadway se está produciendo aquí, da por sentado que yo conozco a sus productores argentinos. Siempre sé lo que se está produciendo en torno a del mundo y quién lo está haciendo. La nuestra es una industria aceptablemente interconectada. Si aceptablemente es una industria muy competitiva, entendemos que el éxito de uno nos conviene a todos. Y no es un detalle beocio que el éxito se internacionalice. Yendo al orzuelo, todas las opiniones que nos llegan de las puestas argentinas son asombrosas.
–¿El estreno de La Caja Mágica se enmarca internamente de los festejos por los 100 primaveras de Disney?
McP: –Es una coincidencia muy bonita, pero de no ocurrir existido hubiéramos hecho el espectáculo de todas maneras. No nos inspiramos en los 100 primaveras de Disney, no, la verdad es que no, pero no podemos desmentir que la coincidencia ayuda, le otorga más peso e importancia al plan. Como es un espectáculo tan compilatorio, podría ser manido como un homenaje a los 100 primaveras porque incluso va a tener un tema que no es conocido, “The Wish”, de la próxima película de Disney, titulada Wish: El poder de los deseos.
–¿Cuál va a ser el destino de La Caja Mágica más allá de la temporada veraniega en Buenos Aires? ¿Podrá entrar a otras ciudades del país? ¿Y de Latinoamérica?
GP: –La meta es que el espectáculo gire por América Latina. O sea Buenos Aires es el punto de partida, pero ya estamos planeando una excursión. Todavía habrá una segunda producción internacional del espectáculo, ya en incremento, de la cual no puedo preceder demasiado.
–¿Y finalmente La Caja Mágica arribará a Broadway?
GP: –Esa respuesta te la podré dar recién en febrero. Primero tenemos que ver cómo nos sale el espectáculo aquí. Broadway es una industria muy particular para que un espectáculo llegue ahí se requiere mucho tiempo de planificación. En mi experiencia los destinos de los shows lo determinan los mismos shows. Hemos hecho shows que pensábamos que no iban a ir a Broadway y luego terminaron ahí, como Newsies. Fue montado simplemente como un gimnasia para los teatros regionales de los EE.UU. y terminó sobre un ambiente de Broadway. Por otro banda concebimos materiales que creíamos que irían directo a Broadway y en el camino demostraron que no tenían suficiente pretexto para entrar. Así que paso a paso.
–Por postrero, este regreso de Disney con un formato teatral a la avenida Corrientes, ¿permite retornar a soñar con versiones locales de los grandes títulos de la compañía concebidos para Broadway?
GP: –Yo tengo la esperanza de que La Caja Mágica vuelva a cascar las puertas para que regresen a Buenos Aires los títulos de Broadway. Un poco La Caja Mágica está hecha pensando en eso, en ingresar la presencia en Buenos Aires que no tenemos desde La Bella y La Bestia. Sabemos que le estamos debiendo al manifiesto argentino muchos primaveras de contenido y quisiéramos repararlo. Para mí La Caja Mágica podría ser la tolerancia y el primer paso para seguir vigentes aquí, con mucho teatro y mucha regularidad. Yo creo que La sirenita sería la opción más viable para retornar con un éxito de Broadway. Crucemos los dedos, ¿sí?