Independientemente de la existencia económica argentina, siempre conviene anticipar gastos para un delirio que pensamos hacer, ya sea para conseguir mejores precios o para sostener la disponibilidad en una data.
Pero, si a eso le sumamos la inflación, la devaluación y todos los vaivenes económicos, adelantarse es tener mayores certezas a la hora de comenzar ese delirio.
En muchos casos, es lo más pesado del presupuesto de un delirio al foráneo. Aunque puede ocurrir gastos mayores, ya sea por una larga estancia o por la clase de delirio, el pasaje es lo que confirma las fechas y, en algunos casos, la ciudad por donde se iniciará el delirio. Por eso, siempre es mejor tenerlo asegurado en la planificación.
Siempre se genera la duda sobre cuándo es el mejor momento para comprarlo. Esto es útil en países con monedas estables, que pueden estimar un descenso en presencia de una tarifa suscripción, pero en Argentina, es más difícil de calcular, fuera de que se lo mida en peculio internacional –normalmente en dólares–, como se suele hacer.
¿Cuándo conviene comprar un pasaje internacional? Depende. No es lo mismo la temporada quebranto que la temporada suscripción. Es proponer, si queremos desplazarse en Navidad será una organización y si queremos desplazarse en noviembre o en abril (excepto Semana Santa) será otra.
La temporada suscripción tiene una demanda natural, ya que muchas personas, por diversos motivos –reencontrarse con familiares o acontecer Año Nuevo en Nueva York o Río de Janeiro, por ejemplo–, quieren o necesitan desplazarse en esas fechas y esos pasajes comienzan a venderse con asaz delantera. Entonces, no hay razón alguna para que las aerolíneas toquen esas tarifas para bajarlas. El sistema dinámico de tarifas que emplean las mantiene en progreso, no sólo por las compras naturales de ese año, sino asimismo por la demanda histórica que ya conocen. Tendría que ocurrir un gran evento mundial, como una refriega o una pandemia, para alterar lo que sucede todos los primaveras de forma orgánica.
En ese caso, hay que comprar cuando se pueda. Si se quiere desplazarse en Navidad, desde febrero se pueden pescar esos pasajes. Seguramente, ya para junio estarán “imposibles”.
Pero otra historia es con la temporada quebranto. Con salvedades como fines de semana largos o eventos deportivos o musicales en el destino escogido, las tarifas de temporada quebranto sí pueden ir cambiando y sería un error comprar los pasajes 11 meses ayer, cuando las aerolíneas suelen poner las tarifas altas para cubrirse al no memorizar cómo será esa demanda.
Vale aclarar que las temporadas bajas ya no son lo mismo que hace 20 primaveras, cuando, por ejemplo, el que viajaba en marzo lo hacía “sólo con los jubilados”. Hoy, con mayores flexibilidades laborales o por el crecimiento de las escapadas (que no existían tanto en el siglo pasado), la temporada quebranto se desparramó y es muy difícil precisar cuándo es el momento con último demanda.
Los empleados aeronáuticos, que muchas veces viajan con pasajes sujetos a espacio como beneficio de sus empresas, odian este reparto de la demanda: hay pocos momentos en el año en que pueden comprobar ese asiento vano para desplazarse.
Entonces ¿cuándo conviene comprar para la temporada quebranto? Hay que estar atentos a las ofertas y promociones que se dan en esos momentos. Por lo normal, las aerolíneas prevén una temporada quebranto al final de la temporada quebranto antecedente; es proponer que, para desplazarse en abril, posiblemente en octubre o noviembre del año antecedente ya se promuevan esos pasajes. Y, para desplazarse de septiembre a noviembre, seguramente durante junio veamos esas ofertas.
Básicamente, lo mejor es hacer un seguimiento en los metabuscadores, como Google o Turismocity, entre otros, que nos permiten siempre ver qué es una tarifa quebranto cada día, ya que no podemos hacer comparaciones con el pasado por el tema inflacionario y las devaluaciones. Por eso, tenemos que tomar como remisión las tarifas en tiempo vivo en colchoneta a lo que existe ahora.
Este ítem puede ser más simple, siempre que se encare con previsión y pasaje en mano.
Para comprobar una buena tarifa, conviene reservar y remunerar tan pronto como se pueda, con tiempo, más si es para un momento de temporada suscripción.
Una opción que puede tener un costo extra es que, en muchos buscadores y agencias, se da la posibilidad de remunerar una tarifa que suele ser un 10% más cara, pero que nos permite liquidar la reserva sin ninguna penalidad. Esto es útil por si encontramos una mejor tarifa más delante o si tenemos que modificar el delirio o itinerario. Es preferible ponerse ese 10% más a perder un 100%. En sitios online como Booking o Expedia es común encontrar esas tarifas cancelables.
Posiblemente, en muchos de esos casos, esté la opción de remunerar en el hotel al resistir o que el hotel nos cobre pocos días ayer del arribo y así no estaríamos adelantando un suscripción, pero sí aseguraríamos la cotización. Lo que conviene es remunerar el hotel en el momento y, como es cancelable, nos devolverían todo si es que hacemos alguna modificación. Esto asimismo es posible de dirigir de guisa directa en cadenas con IHG o Accor, cabezas de marcas como Holiday Inn o Ibis en todo el mundo.
En Estados Unidos, es muy popular el uso de las gift cards para hacer regalos, pero muchos viajeros las usan para ir adelantando esos gastos.
Por lo normal, hay bloqueos internacionales –por seguridad– a la negocio de esas tarjetas, que suelen ser virtuales, pero en Amazon (que tiene sistemas más avanzados contra las estafas) se pueden comprar si es que uno ya tiene un historial de compras en el sitio.
En el resto del mundo, no es tan habitual, por lo que seguramente convendrá hacer una previsión en dólares para aplicar durante ese delirio y, al fin y al final, será como tener esas gift cards.
Lograr gastos de un delirio y aceptar todo colocado en una planilla de cálculos nos permitirá organizarnos mucho mejor y tener menos imprevisibilidad al momento de realizarlo.
Hacenos resistir tus consultas por e-mail a lugares@revistalugares.com.ar, mencionando en el asunto a “Sir Chandler”. La redacción evaluará la pertinencia del tema y la posiblidad de que él lo aborde para una próxima nota.
