La candidata a presidenta de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, capitalizó al mayor su estancia en Chaco y Corrientes, primero como invitada-protagonista del acto de triunfo de Leandro Zdero, desde anoche jefe electo de la provincia del Chaco, y esta mañana primero en Resistor y luego en Corrientes, donde mantuvo recorridas barriales, dio una conferencia de prensa y cerró un acto proselitista que presidió pegado a Zdero y al jefe huésped, Gustavo Valdés.
Fue, de algún modo, la puesta destreza, en préstamo, de lo que sería su anhelado maniquí coalicional de gobierno, pues estuvo flanqueada por los dos gobernadores del radicalismo, en un contexto aliancista pero claramente acaparado por la ceremonia y el cotillón de la UCR, socios mayoritarios en los dos distritos norteños, que se extiende a la provincia de Santa Fe, que gobernará Maximiliano Pullaro y que pretende ampliarse aún más -ya fuera de la área de la UCR- con Rogelio Frigerio, si logra el triunfo en Entre Ríos.
En ese entorno de fiesta, tanto Zdero como Bullrich destacaron a Valdés como maniquí para demostrar el cambio que demandan Chaco y la Argentina, la parte y el todo de los desarreglos que, según los dos, tendrán que corregir desde el 10 de diciembre.
Bullrich, al hacer uso de la palabra, confrontó todo el tiempo la verdad de una provincia como la de Corrientes, “que hace tiempo se liberó del kirchnerismo”, con la verdad del Chaco, que se decidió a cambiar de rumbo recién este domingo. En el mismo acto pidió el voto para cubrir la huella que dejará Alberto Fernández, “porque nos sacaron todo”, porque volvieron para ser mejores y se van “con un gobierno del que no nos acordamos ni quién es el presidente”, y que quiere seguir ahora “con un ministro de Heredad que te costal la plata todos los días”, graficó.
“Veía una publicidad de [Sergio] Massa que decía: ´Puse el pecho para que la Argentina saliera de la crisis´. Yo digo, qué pecho puso si recibió un país de su propio gobierno con 70% de inflación y la llevó a 120% y para en lo alto. Massa nos destruyó el saquillo y las esperanzas”, arremetió.
“Por eso tenemos que sacar de raíz una ideología que ha generado el peor de los sistemas, que ha ido en contra de la Constitución, de la conciencia, de la familia, de los jubilados, de los docentes, que ha ido en contra de los títulos fundamentales de nuestra país que es la educación”, añadió.
Bullrich dijo que antiguamente había estado en el intramuros Emerenciano Sena, en Resistor, de donde fue echada por mujeres del movimiento social. Usó el caso para remarcar que en Chaco debe tener lugar lo que hizo Gerardo Morales en Jujuy: ponerle coto a un Estado paralelo manejado por Asombro Sala. En Chaco, dijo, “hay un Estado paralelo que terminó asesinando a Cecilia Strzyzowski”.
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Echaron a Patricia Bullrich del intramuros Emerenciano Sena en Chaco: “Acá no se puede pisar”
De paso mencionó a Morales, que no fue de la partida en los festejos chaqueños, pese a que preside el radicalismo y que había apoyado a Zdero en el inicio de la carrera, como el propio Horacio Rodríguez Larreta, cuando todavía tenía vida en la interna que ganó Bullrich. La candidata trajo a Morales a la ámbito en Corrientes, pero en la incertidumbre del festejo, en Chaco, recordó una vieja reunión que tuvo con Zdero en la que, según los dos, ella le había anticipado que sería jefe.
Por lo demás, Bullrich formuló un mensaje de campaña concreto y mencionó a varios sectores como prioritarios. Habló de la lozanía, del combate al narcotráfico y de la seguridad en normal, con foco en las fuerzas armadas, poco que todavía hizo Valdés, y a posteriori dedicó unos minutos a la educación y a la posesiones.
“Tenemos que ordenar la posesiones” y para eso “hemos electo un equipo que tiene más de 100 economistas que se está integrando con familia de todo el país, porque no queremos tener un equipo de economistas de Buenos Aires; queremos tener un equipo economistas de todas las provincias, para que la posesiones de cada provincia esté ahí, mirando lo más importante que es la persona”.
A modo de obturación, dijo: “Combatimos durante 20 abriles, muchas veces en soledad, una ideología que nos quiso aplastar, que nos quiso convencer que eran mejor los planes que el trabajo. Nosotros somos patriotas y entendemos nuestra Pueblo y esta última batalla contra el kirchnerismo se jugó ayer en el Chaco, y se juega el domingo en Mendoza y en octubre en Entre Ríos, en la ciudad y en el oficio donde no podemos dejar la amparo del kirchnerismo: la provincia de Buenos Aires”.
“El 22 de octubre es la última batalla para liberarnos del kirchnerismo de una vez y para siempre. El cambio es ahora y es para siempre”, repitió al final, como un mantra, para aceptar la ovación de los presentes.
Al promediar la mañana, las inmediaciones del céntrico Club San Martín empezaron a poblarse de militantes de la alianza oficialista en Corrientes, transporte electoral del gobierno que lidera Valdés y motor principal de Juntos por el Cambio en esta provincia. Cerca del mediodía, cuando el estadio ya estaba repleto de personas y en el ambiente ya se acomodaron candidatos a legisladores nacionales, legisladores en prueba y una larga registro de intendentes correntinos, hicieron su ingreso Zdero, Bullrich y Valdés.
Al hacer uso de la palabra y a posteriori de dar la bienvenida a la candidata y saludar a su amigo el jefe electo (“Muchos decían que era inasequible Leandro, que eran invencibles”, pero el pueblo del Chaco “tomó la audacia y decidió cambiar”, dijo, a modo de relato), Valdés habló de la condición de cambio, pero no cualquiera, sino aquel que garantice solvencia técnica, política y una vistazo humanista.
Habló de la resistor de la provincia a las políticas del kirchnerismo, del sometimiento político y crematístico derivado de esa posición, con retracción de fondos como las regalías de Yacyretá y Brinco Vasto, obras públicas paralizadas. “Vigésimo abriles se hicieron los boludos”, disparó. “Y como si fuera poco ahora nos dejaron el lupanar de los límites con el Paraguay”, recordó, en referencia a los problemas con el país vecino por las aguas que circundan a las islas Apipé.
En ese momento pronunció la frase más visceral del acto: “Nosotros le decíamos al pueblo de la Nación que los correntinos no nos doblamos a guachazos. Dimos pelea a la desazón, a la injusticia, pasamos por temores, por penurias, y así y todo seguimos de pie con lo que creemos, y eso se fue extendiendo. Decíamos que no iba a ver reforma, que no iban a tronchar la Constitución, que no iba a poseer Cristina eterna”, enumeró.
Habló todavía de la conciencia, de los atropellos cometidos por el gobierno doméstico y de la error de oportunidades que nutre la migración interna de provincianos a los cordones marginales del gran Buenos Aires o del Sur. “Decían que venían a poner de pie a la Argentina y yo nunca vi tanta miseria, tanto dolor en nuestra país desde 1983. Por eso digo que Alberto Fernández y Cristina Fernández han fracasado en el gobierno y tenemos que sostener que el kirchnerismo se terminó definitivamente en la Argentina y lo hicimos posible todos juntos”.
Ellos “quieren los votos, no quieren la país”, continuó, para subrayar: “Por lo menos que aprendan del normal Perón, que decía que es más importante la país que los hombres. Pero hoy están quemando la país por la candidatura de Sergio Massa, están dejando una país desarmada, desquiciada, sin caja, con un plan platita que nos va a costar mucho más horrores de lo que nos está costando”.
“Por eso les pedimos que tengan responsabilidad -siguió diciendo Valdés-, que no hagan mierda la Argentina porque la Argentina somos todos nosotros, somos esta país y no queremos que sigan pisoteando la más”, gritó.
Al final, y en relato a Milei, dijo que “todas las veces que la Argentina vio proyectos capitalistas, neoliberales, siempre fracasó”, para cerrar: “Porque a ellos no les importa la familia, no les importa el ser humano: les importa cansarse los bolsillos”.