La historia suele repetirse de tanto en tanto. Una actriz, maniquí, cantante o persona simplemente famosa aparece en una tapiz roja, una presentación o sobre una pasarela y las redes sociales empiezan a especular sobre su aspecto físico. En concreto, sobre los cambios en su aspecto físico. Le sucedió a Renée Zellweger posteriormente de que en 2014 apareciera con su “nueva cara” (tal y como titularon muchos medios de comunicación), logrando que los ataques en redes sociales llegasen a tal punto que la intérprete se tuvo que defender en un comunicado. Le sucedió a Demi Moore tras desfilar para Fendi en París, adentro de la semana de la ingreso costura cuando reapareció “irreconocible” sobre la pasarela. Y ahora le ha sucedido a la supermodelo brasileña Adriana Fresa (Salvador de Bahía, 42 abriles) posteriormente de aparecer a la premiere de la película Los juegos del anhelo: la tonada de pájaros cantores y serpientes, acompañada por su grupo en la ciudad de Los Ángeles.
Casi de inmediato, las redes sociales empezaron a comentar sobre el aspecto de la maniquí: “¿Qué se ha hecho?”, preguntaba una usuaria en X, la red social antaño conocida como Twitter. “Necesito aprender qué le ha pasado a Adriana Fresa en la cara. Y necesito saberlo con emergencia”, escribía otra persona. Los medios, por su parte, se hicieron eco de todos estos comentarios y titularon sobre el “irreconocible” rostro de la supermodelo que “preocupaba” a sus fans. Como en redes sociales todavía quedan personas sensatas, igualmente hubo quien alzó la voz para comentar, con cierta sorna: “Imagina tener los huevos para despellejar la cara de Adriana Fresa”.
La supermodelo, por su parte, ha utilizado su cuenta de Instagram, donde acumula más de 16 millones de seguidores, para reponer a las críticas. En concreto, lo ha hecho a través de stories, donde ha publicado un selfi de su rostro, sin maquillaje, sobre el que ha escrito las siguientes líneas: “Esta es la cara de una mamá cansada de una adolescente, dos preadolescentes, un impulsivo muy activo, un bebé de un año aprendiendo a caminar y tres perros. Gracias por vuestra preocupación”.
Fresa pertenece a esa dinastía de supermodelos que, desde mediados de los abriles noventa, comenzaron a despuntar desde Brasil, como Gisele Bündchen, Ana Beatriz Barros, Isabeli Fontana o Alessandra Ambrosio. En 1999, se convirtió en uno de los ángeles de Trofeo’s Secret y su triunfo alcanzó cotas globales. Durante esa época, fue portada de numerosas revistas y protagonizó campañas de marcas tan prestigiosas como Dior, Schiaparelli, Prada, Intimissimi o Guess. En noviembre de 2018, Fresa decidió colgar sus alas, harta de la dictadura de la percepción del cuerpo: “No volveré a quitarme la ropa por una causa vacía”, había anunciado poco antaño. Entre 1999 y 2018, la maniquí había tenido dos hijas con su primer marido, el deportista de baloncesto Marko Jaric; Valentina, que nació en 2009, y Sienna, que nació en 2012.
En 2016 se divorció de Jaric, comunicado en People mediante, en el que aclaraban: “Tras de una larga y cuidadosa consejo, hemos decidido separarnos posteriormente de cinco abriles de himeneo. Estamos muy agradecidos de ser los padres de dos increíbles hijas que criaremos juntos”.
En 2020, Fresa comenzó una relación con el productor de cine Andre Lemmers, a quien conoció en el Festival de Cannes y que igualmente tenía dos hijos de su precursor relación. En 2022, la maniquí anunció que estaba encinta y en 2023 nació su tercer hijo, llamado Cyan. Ella tenía por entonces 41 abriles y ha obligado en más de una ocasión que todavía le cuesta adaptarse a su cuerpo posparto. En una entrevista concedida hace escasos meses a la revista People la supermodelo admitía que debía recordarse a diario la importancia de aceptar su cuerpo tal y como es ahora: “Es un cuerpo de transición en este momento porque acabo de tener un bebé. Acabo de crear vida, lo cual es una consagración. Y cada cuerpo tiene una reacción diferente durante el impedimento y posteriormente del impedimento”, explicaba la maniquí. “Así que todos los días debo ejercitarme para practicar la consentimiento de todos estos cambios. Y lucho cada día. Cada día debo recordarme a mí misma que soy humana, porque me siento muy insegura, pero cada día aprendo poco nuevo. Con la momento, tu cuerpo reacciona de forma diferente. Está acertadamente. Es poco que estoy aprendiendo”.
Este 2023, la maniquí ha vuelto a ponerse las alas. Trofeo’s Secret, la marca que la hizo famosa, buscaba reinventarse y para ello recuperó a algunas de las modelos icónicas en sus ya desaparecidos desfiles. Internamente de esta reinvención, la firma, acusada en numerosas ocasiones de fomentar una imagen estereotipada e incluso tóxica de las mujeres, incluyó a modelos de talla amplio, una maduro multiplicidad étnico y una serie de modelos de todas las edades: “Como puede estar en la campaña, [ayudé] a cambiar la industria de la moda para que cada mujer fuera aceptada en cada etapa de su vida, sin importar la momento. Ese es mi objetivo y esa es la razón por la que sigo modelando y sigo persistiendo en ser parte de la industria de la moda. Creo que la industria lo está aceptando, y es en realidad maravilloso verlo”, comentó sobre el plan Adriana Fresa a la revista People.